El dolor es una sensación desencadenada por nuestro sistema nervioso y que aunque puede ser de distintas formas (sordo o agudo, leve o intenso, continuo o intermitente, crónico o temporal) siempre tiene algo en común: queremos que termine cuanto antes.
Hay dolores peores que otros. Aunque se trata de una sensación subjetiva, la medicina ha desarrollado algunas formas de medir el dolor que ayudan a diferenciar qué patologías y situaciones duelen más que otras. Estos son algunos de los peores dolores a los que puedes enfrentarte en la vida.
1. Gota
La gota es un tipo de artritis que se produce cuando se acumulan cristales de ácido úrico en las extremidades y las articulaciones. Precisamente, la sensación que relatan muchos de los afectados por gota es que el movimiento produce un dolor similar al de caminar sobre cristales.
2. Absceso dental
Se trata de una pesadilla para todo aquel que teme ir al dentista, porque se trata de una complicación de las caries que puede causar un intenso dolor. Un absceso se puede dar en cualquier sitio del cuerpo, consiste en una acumulación de pus a partir de una infección. En el caso de los dientes, es especialmente dolorosa porque allí se encuentran muchas terminaciones nerviosas. Recuerda cuidar siempre tu higiene dental, especialmente si eres deportista.
3. Algunas picaduras
La hormiga bala es la única especie del género Paraponera, que deriva del griego ponerina, que significa dolor. Por ahí ya tienes una pista de por qué está en esta lista. Su picadura es considerada unas 30 veces más doloroso que la picadura de una avispa, y el nombre de hormiga bala se le dio porque los afectados asemejan el dolor de su picadura con el de recibir un disparo.
El pez piedra es otro animal que puede hacerte pasar un desagradabilísimo rato debido a lo doloroso de su picadura. Se llama así porque debido a su aspecto se camufla fácilmente haciéndose pasar por una piedra, pero pisarla puede resultar fatal. Su veneno es altamente tóxico y causa un intenso dolor, así como la muerte si no se recibe el tratamiento necesario a tiempo.
4. Neuralgia del trigémino
Los que lo sufren, lo comparan con que te caiga un rayo en la cabeza, debido a lo súbito de su aparición y a que mientras se experimenta, los afectados quedan prácticamente inválidos para hacer cualquier cosa. El nervio trigémino recoge las sensaciones nerviosas de gran parte de la cara, los ojos y las fosas nasales.
Este tipo de dolor aparece de repente y dura entre unos segundos y un par de minutos. Normalmente está causado porque el roce con un vaso sanguíneo cercano desgasta la mielina que recubre el nervio y lo comprime. Puede ser parte del proceso de envejecimiento normal o estar causado por la esclerosis múltiple, que afecta a la mielina, así como por razones desconocidas.
5. Parto
Los dolores de parto están considerados uno de los más fuertes que se pueden experimentar, pero no son fáciles de medir porque se dan en un momento en el que están envueltos procesos físicos y psicológicos intensos. Pero lo cierto es que el momento de dar a luz supone un desafío extremo para el cuerpo de la madre, que sufre dilataciones y tensiones muy fuertes, cuando no además desgarros y sangrados. La atención hospitalaria y el uso de métodos como la epidural, cuando se utilizan adecuadamente, suponen un gran avance y un alivio en el momento del parto.
6. Piedras en el riñón
A veces, las sustancias presentes en la orina pueden formar pequeñas piedras o cálculos renales cuyo tamaño va desde el de una ligera gravilla hasta piedrecillas de varios centímetros. La mayoría no producen complicaciones y se expulsan por las vías urinarias sin necesitar ayuda médica, pero eso no significa que no sea un proceso doloroso que además puede prolongarse durante varios días.
7. Torsión testicular
En una torsión testicular, el cordón espermático que sostiene al testículo se contrae y retuerce, causando un dolor agudo repentino que puede causar vómitos y náuseas entre otros síntomas añadidos. Ese cordón espermático es además el que lleva el riego sanguíneo al testículo, de forma que si no hay una intervención médica rápida, el tejido del testículo se puede necrosar y como resultado, habrá que extirparlo.
8. Quemaduras de segundo grado
Las quemaduras de segundo grado son aquellas en las que se ven afectadas las capas superficiales de la piel. Suelen estar causadas por líquidos muy calientes o sustancias químicas y causan ampollas y otras heridas en la piel. Aunque hay otros grados de quemadura más graves, en ellos se ven afectados los nervios y por tanto en muchos casos no hay sensación de dolor. En el segundo grado, los nervios quedan intactos y por tanto el dolor es muy intenso.
9. Cefalea en racimo
Se describe a menudo como uno de los peores dolores que se puede padecer por varios motivos que mezclan las causas físicas y psicológicas. Es un intenso dolor de cabeza que se concentra en un punto justo detrás del ojo y que puede prolongarse entre 15 y tres horas. Durante ese periodo, la persona afectada apenas puede llevar a cabo tareas normales. Se llama en racimo porque suele aparecer en varios ataques seguidos que suelen ocurrir en el mismo momento del ritmo circadiano. A la intensidad del dolor hay que sumar la ansiedad de temer el siguiente episodio.
El umbral del dolor y cómo lo medimos
Como decíamos al principio, no es sencillo hacer una clasificación de los peores dolores porque se trata de una sensación subjetiva y cada uno lo sentimos a nuestra manera. Para tratar de poner un poco de orden en esta cuestión, la medicina ha creado algunos conceptos que nos pueden ayudar.
El umbral del dolor
Se llama umbral del dolor la cantidad de estímulo en que cada persona distingue una sensación dolorosa de una no dolorosa: en qué momento algo pasa de estar caliente a quemarnos, por ejemplo. El resultado puede variar mucho de una persona a otra, y tiene que ver con la intensidad con la que cada uno de nosotros percibimos el dolor.
Escalas de dolor
Como el dolor es una sensación subjetiva, se han desarrollado distintas escalas para facilitar la comunicación entre médicos y pacientes sobre la intensidad del dolor que sienten. Una de ellas, habitual en muchas consultas, es una escala basada en ilustraciones de caras en las que la primera no siente dolor alguna y la última está contraída y llorosa por el intenso dolor que padece. Con ellas, el médico pide al paciente que describa con cuál identificaría el dolor que está sintiendo.
En otras ocasiones, un método para medir el dolor propio es recordar el peor dolor que hayamos tenido y comparar el dolor actual con aquel. Esto tiene la ventaja de que crea una escala acorde a cada persona, si bien los recuerdos del dolor son doblemente subjetivos y hay que tomarlos con cautela.
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