Seguro que a más de uno de nosotros nos ha sucedido en alguna ocasión que hemos sentido una especie de temblor incesante en alguna parte del cuerpo. Este fenómeno es lo que se conoce como tic y puede ser causado por un gesto repetitivo que acaba siendo una costumbre y parte de nosotros, o puede deberse a un movimiento involuntario. Sea como sea es importante que sepamos las causas que hacen que nuestro cuerpo adopte un gesto involuntario y que muchas veces llega a resultar incómodo.
Los que solemos realizar actividad física a menudo sabemos que los tics son algo habitual, pero es que no solamente es algo que se produce al ejercitar los músculos, sino que todo el mundo los sufre, y por ello es importante que sepamos cuáles son los motivos que producen este trastorno que a muchos les afecta de gran manera en su día a día, aunque en el fondo no es más que un signo que muestra otros problemas que se pueden esconder detrás.
Vamos a diferenciar entre tic voluntario y tic involuntario. El voluntario suele ser un movimiento repetitivo como torcer la boca hacia un lado, mover la mano de determinada manera, elevar la ceja... Son gestos que adoptamos y que realizamos cada vez que nos encontramos en una situación determinada. Este tipo de tics se caracterizan por un vicio adquirido que se establece a través de unos patrones de conducta que repetimos una y otra vez cuando estamos ante situaciones parecidas. En la mayoría de los casos no somos conscientes de este movimiento que comenzó siendo voluntario y que ahora se ha convertido en algo mecánico y que podemos eliminar si detectamos los momentos en los que lo hacemos y nos concentramos en no llevarlo a cabo.
Por otro lado tenemos el tic involuntario que se produce de forma espontánea y se caracteriza por contracciones rápidas de algún músculo. Este tipo de movimiento repetitivo se debe a la acumulación de tensión en esa zona, que hace que los músculos se sobrecarguen y acaben actuando de esta manera. Normalmente estos movimientos están producidos por factores externos que hacen que esa zona se sobrecargue, como por ejemplo el estrés, el exceso de ejercicio...
Cuando aparece un tic en nuestro cuerpo debemos preguntarnos los motivos por los que está presente y acabar con ellos. La principal forma de hacerlo es mediante la relajación y la eliminación de cualquier situación que nos genere estrés y pueda canalizarse a través de nuestros músculos y convertirse en un tic, que al fin y al cabo es una señal de alarma frente a una situación anormal del organismo. En el caso de las personas que practicamos deporte, la aparición de tics musculares es habitual si la zona que hemos trabajado la hemos sobrecargado demasiado. Es una manera que tiene el cuerpo de avisar para que no sigamos sometiéndola al trabajo físico. Este tipo de tics desaparecerán en poco tiempo si guardamos reposo.
Imagen | dcarson924
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