El movimiento diario resulta fundamental para conservar la forma física y la salud. Así muchos nos preguntamos si interesa más el volumen o la intensidad de nuestro ejercicio para prevenir enfermedades y reducir el riesgo de muerte prematura. Según un estudio reciente, lo importante para reducir el riesgo de mortalidad es aumentar el número de pasos diarios, y no necesariamente la intensidad.
7000 o más pasos cada día, para reducir el riesgo de mortalidad
El estudio en cuestión publicado recientemente en la revista Jama Network Open, evaluó a más de 2100 adultos hombres y mujeres de raza negra y blanca de mediana edad, durante un promedio de 10, 8 años. Un estudio de cohortes con los participantes del estudio CARDIA.
Los resultados muestran que, en comparación con los participantes que menos pasos daban, aquellos que realizaban 7000 o más pasos cada día tuvieron un riesgo significativamente inferior de mortalidad por todas las causas.
Los beneficios de dar más pasos cada día fueron similares en hombres y en mujeres así como también, en participantes de raza negra y raza blanca. Al mismo tiempo, se constató que no hay una relación significativa entre la intensidad a la que se camina y el riesgo de mortalidad.
Para reducir el riesgo de mortalidad, lo recomendable es incrementar los pasos que damos cada día y para ello, según este estudio, no es necesario alcanzar los 10.000 pasos diarios sino que un mínimo de 7000 pasos cada día es suficiente para obtener beneficios.
Por supuesto, cuanto más nos vemos mayores ventajas podemos obtener y si bien para reducir el riesgo de muerte prematura la intensidad a la que caminamos no es de gran relevancia, debemos tener en cuenta que sí lo es para fines específicos como para bajar de peso, para incrementar la capacidad de aeróbica, mejorar el rendimiento así como también si estamos en proceso de rehabilitación.
Aumentar el número de pasos que damos cada día es clave para reducir el riesgo de mortalidad según este estudio, y la intensidad que en este caso no es de gran importancia, debe considerarse de acuerdo a las particularidades y objetivos de cada persona.
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