Fumar no es una epidemia, aunque sus consecuencias son tan drásticas como las de estas. Ahora, el Gobierno de España ha decidido echar una mano a quienes deseen dejar de fumar.
Por primera vez, el Sistema Nacional de Salud financiará un tratamiento con vareniclina, que ha demostrado en Estados Unidos, y Europa, ser una ayuda eficaz que aumenta en 10 las posibilidades de dejar el tabaco de una vez por todas.
¿Qué es la vareniclina?
Este medicamento fue descubierto por la farmacéutica Pfizer, y descrito en 2005. Esta sustancia proviene de la modificación de un alcaloide llamado citisina, presente en una planta, la Calia secundiflora. La Calia sp., también conocido como "frijolito", es una fabácea, de la familia de las legumbres como las judías o las habas.
Esta molécula es lo que se conoce como agonista, es decir, un competidor molecular. ¿De quién? Pues es un competidor de la nicotina. La cistisina se modifica químicamente para que sea más efectiva y tenga una farmacología adecuada en nuestro cuerpo. El resultado es la vareniclina, o Champix, que es su nombre comercial. Este medicamento fue aprobado en 2006 en Estados Unidos y, meses después, en Europa.
Como decíamos, la vareniclina es un agonista nicotínico. Eso quiere decir que compite con ella por ocupar su posición en los receptores nicotínicos. Estos, entre otras muchísimas cosas, son los que activan el sistema de recompensa. La nicotina estimula dicho sistema y, cuando no está presente, genera síndrome de abstinencia.
La vareniclina reduce la intensidad de dicho síndrome de abstinencia, permitiendo que sea más fácil luchar contra la necesidad que general el tabaco, pero no elimina las ganas de fumar. Tampoco evita que surjan los típicos síntomas que aparecen cuando un fumador deja de fumar, como la ansiedad el cambios de humor, etc., aunque los reduce. El medicamento no es infalible, pero ha demostrado incrementar diez veces las posibilidades de dejar de fumar.
¿Cómo funciona el tratamiento para dejar de fumar con vareniclina?
El tratamiento depende de muchos factores, entre ellos, de la persona. Normalmente se inicia mientras el paciente aún sigue fumando. En ese momento, se le indica que los tres primeros días ha de tomar una pastilla de media dosis, y los cuatro siguientes dos medias dosis al día.
Mientras que algunos pacientes dejan de fumar prácticamente al instante, otros reducen los cigarrillos fumados. La mayoría mantiene más o menos la cifra habitual de cigarrillos diarios. Esto es una muestra de lo diferente que puede resultar el medicamento en cada persona.
Tras esta fase de introducción, el paciente debe elegir un día entre el octavo y el decimocuarto día, a la segunda semana de tratamiento, para dejar el tabaco de forma radical. Entonces se le administra una dosis por la mañana y otra por la tarde. A partir de aquí el paciente seguirá tomando la misma dosis durante varias semanas (normalmente durante cuatro meses).
Según el fabricante, es aconsejable que pasadas las primeras semanas se consulte con el médico para ir manteniendo o reduciendo las dosis hasta dejar el medicamento por completo. En caso de efectos secundarios molestos, debe suspenderse cautelarmente el tratamiento y acudir al médico de inmediato.
¿Cuándo estará disponible y cómo se administrará?
La ministra de Sanidad, Bienestar Social y Consumo en funciones, María Luisa Carcedo, señalaba el domingo pasado que se están ultimando los trámites para que la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) incluya por primera vez la vareniclina.
En concreto, Champix será la marca financiada, la cual pasaría a ser prescrita de manera sistemática en el servicio de atención primario. El medicamento será llevado por la ministra en funciones a la próxima comisión interministerial de precios, lo que es el último paso para que sea posible su financiación como medicamento para la deshabituación de tabaco.
Esto quiere decir que podríamos ver el medicamento en nuestro sistema sanitario en pocas semanas. Todavía no sabemos qué protocolo de prescripción, tratamiento y orientación médica se asociará al medicamento pero, al menos, sabemos que todo el mundo podrá acceder a este medicamento, beneficiando, de entrada, a más de 70.000 personas, según la prensa.
¿Qué efectos secundarios tiene el Champix?
En principio, los efectos secundarios de la vareniclina no van más allá que los de otros medicamentos: náuseas, vómitos, insomnio, flatulencias... sin embargo, al ser un principio activo que actúa sobre los receptores nicotínicos, algunos pueden resultar más graves.
Aunque no es normal encontrarlos, algunos de los efectos secundarios neuropsiquiátricos incluyen la depresión, cambios de humor repentinos, mala coordinación física o, incluso, alucinaciones y reacciones paranoides. Estos, como decimos, no son habituales y dependen mucho de la neurología de la persona.
Según indican los investigadores, influyen numerosos aspectos, entre ellos, la personalidad del paciente, el síndrome de abstinencia, la neurofisiología... Por todo ello, es importante recibir el tratamiento solo con ayuda de un profesional y bajo atención médica.
El principio de precaución advierte que es necesario suspender el tratamiento si comienzan a aparecer alguno de estos síntomas de manera severa. No obstante, una monitorización constante del paciente ayuda a seguir su estado y evitar las consecuencias de este tipo de problemas.
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