Sabemos que una postura corporal incorrecta tiene numerosas consecuencias sobre nuestra salud, afectando sobre todo, la apariencia física y el sistema musculo- esquelético. Sin embargo, una mala postura corporal también influye en la actividad mental, disminuyendo el rendimiento y la motivación.
Así, no sólo debemos sentarnos frente al ordenador erguidos y con buena postura para cuidar el aspecto físico, sino también para incrementar la concentración y obtener mejores resultados en el trabajo. Una buena postura, es decir, sostener la espalda recta, ayuda a oxigenar mejor el cerebro y cada una de las partes del cuerpo, pero además, mejora la actitud y predisposición al trabajo.
Quienes se sientan con los hombros caídos y la espalda encorvada, tienen con frecuencia una menor autoconfianza, menor autoestima e inferiores sentimientos de seguridad y motivación. Por esto, generalmente hay una asociación positiva entre menor productividad y mala postura corporal.
Además, con sólo enderezar la espalda mientras caminamos o nos sentamos frente a alguna autoridad podemos sentir una posición más privilegiada, y ello se percibe en otros, lo cual mejora nuestro desempeño así como la imagen que receptan los demás.
Si queremos ser más productivos, rendir más, tenernos más autoconfianza y ser más audaces, lo mejor es adoptar una buena postura corporal que además de beneficiarnos físicamente y estéticamente, nos ayudará a lograr una mejor actividad mental, más segura y eficiente.
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