Dejamos de lado las lechugas y hojas verdes para dar variedad a nuestras ensaladas veraniegas con una hortaliza que también reina en los meses estivales, el versátil y saludable calabacín. Cambiando el tipo de corte y la presentación podemos hacer platos muy ricos y originales sin tener que cocinarlo.
El formato de cintas imita un poco la pasta tipo pappardelle, más ancha, y luce muy bonita en el plato, creando la textura perfecta para mezclar con un buen aliño que en este caso es cítrico, para aportar más frescor y evitar la oxidación rápida de la verdura cortada. Solo se necesita un pelador manual de forma de Y para obtener las cintas, que no tienen que salir perfectas ni idénticas, dejando el tronco central, con las semillas, para otras elaboraciones.
Las cintas salen finas y flexibles, pero a la vez conservando un punto crujiente muy agradable al masticar, potenciado en este caso con las semillas de amapola. Por supuesto, puedes cambiar las avellanas y el parmesano por otros frutos secos y quesos, aunque esta combinación funciona especialmente bien y no es la típica que solemos ver en las recetas de ensaladas.
Lavar y secar bien los calabacines, los cítricos y las hierbas frescas que se usen; si usamos tallos de cebolleta verde solo retirar las capas externas más feas.
Con un pelador manual, o una mandolina, sacar cintas de los calabacines pelando tiras longitudinales, girando el calabacín sobre sí mismo para ir llegando hasta el tronco central hasta las semillas. Desechar este pero usar para otra receta, por ejemplo una crema de calabacín y garbanzos. Se pueden desechar también las primeras cintas de la piel que son más duras y pueden estar dañadas, al gusto.
Disponer las cintas en una ensaladera, picar la cebolleta y añadir; aderezar con la ralladura de la lima, una pizca de sal y pimienta negra. Aliñar con zumo de limón al gusto y aceite de oliva virgen extra, removiendo todo bien. Echar las semillas de amapola y volver a remover. Finalmente agregar las avellanas ligeramente picadas y queso en lascas o rallado al gusto.
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Con qué acompañar la ensalada de cintas de calabacín
Una buena ración de esta ensalada es muy saciante sin ser pesada, por lo que podemos tomarla como plato único para un almuerzo ligero o para la cena, aunque lo ideal sería complementarla con alguna proteína magra como un pescado a la plancha, pollo asado o cocido o un poco de tofu frío, por ejemplo.
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