Las ensaladas templadas son un gran recurso para almuerzos ligeros o cenas sencillas cuando empiezan a apetecer platos más frescos. Y además brindan la oportunidad de jugar un poco más con las cocciones, sin tener que ir siempre a los crudos. En esta ensalada templada de hinojo braseado al limón con avellanas vamos a cocinar la verdura para obtener un sabor y textura diferente.
El hinojo es una verdura muy común en otras zonas de Europa, por ejemplo en Italia, que en España parece aprovecharse menos. Los bulbos frescos se pueden comer crudos y son fantásticos para refrescar ensaladas y otros platos fríos, pero cocinado también merece mucho la pena. Saciante, con pocas calorías, rico en fibra y muy digestivo, es estupendo para esta época.
Cortar los extremos del bulbo si tiene tallos salientes muy largos, y las hojas, pero reservándolas para otra preparación. Cortar el hinojo en láminas de menos de un dedo de grosor, usando un buen cuchillo grande y afilado, con cuidado para no desmontar las capas que lo forman. Lavar y escurrir.
Calentar un poco de aceite de una sartén, plancha o parrilla antiadherente y distribuir el hinojo cortado en una sola capa. Salpimentar y dejar dorar a fuego medio unos minutos. Lavar y secar mientras el limón y el perejil.
Dar la vuelta al hinojo y regar con la mitad del zumo del limón. Seguir cocinando hasta que esté bien dorado, algo caramelizado, pero todavía con un punto crujiente. Retirar. Tostar las avellanas en la misma plancha, unos pocos minutos, vigilando que no se quemen. Picar el perejil y sacar lascas finas del queso, o rallar.
Distribuir una cama de hojas de espinacas frescas lavadas -si fuera necesario- y colocar encima el hinojo ya templado. Añadir las avellanas picadas a cuchillo, el queso y perejil. Agregar ralladura de limón, un poco más de pimienta negra, unas gotas de zumo y aceite de oliva virgen extra al gusto.
Con qué acompañar la ensalada templada de hinojo
Como decía, la ensalada templada de hinojo braseado al limón con avellanas es ligera pero saciante, perfecta para tomar como plato único en una cena sencilla con algo de buen pan. También es un estupendo primer plato o acompañamiento de un menú más completo, que combina bien tanto con sabores marinos como con carnes o legumbres.