La harina de garbanzos es un gran ingrediente tanto para dietas sin gluten como para cualquiera que busque enriquecer su alimentación con un extra de proteínas, fibra y otros nutrientes de los que suelen carecer las harinas de cereales, especialmente el trigo refinado. Es además un ingrediente tradicional en muchas culturas y se utiliza en la dieta mediterránea desde hace mucho tiempo, por ejemplo con la farinata o fainá.
Solo tiene el inconveniente de su fragilidad a la hora de manejar ciertas masas, que puede causar frustración al preparar, por ejemplo crêpes con harina de garbanzos, por eso esta versión de las clásicas migas manchegas es perfecta para los más torpes o novatos.
Hemos seguido la receta de Irene, de Come Vive Viaja, con alguna pequeña modificación, reconvirtiendo la masa en unas "migas" ideales para quienes se vean más torpes formando y volteando crêpes o tortitas, ya que las masas sin gluten con este tipo de harina de legumbres son bastante delicadas y se rompen con facilidad.
Se pueden enriquecer con lo que nos apetezca, dorando por ejemplo unos ajos primero, o agregando verduras como guisantes, pimiento, cebolla, etc. Podemos jugar también con las especias y los aderezos según nos guste más o menos especiado o picante.
Triturar todos los ingredientes menos el perejil hasta obtener una masa homogénea bastante líquida sin grumos secos. Dejar reposar 10 minutos.
Calentar una buena sartén antiadherente o de hierro, engrasar con aceite y cubrir con la mitad de la masa. Dejar que cuaje un poco por abajo y levantar la masa con una espátular, removiendo sin miedo porque buscamos que se rompa en piezas. Remover, apartar a un lado de la sartén y echar el resto de la masa.
Mantener el fuego a potencia media y continuar cocinando rompiendo la masa con la espátula, salteando la masa formando "migas". Es probable que se pegue un poco a la sartén o a la espátula -se puede añadir un poco más de aceite si nos hemos quedado cortos-, pero a medida que vaya cuajando y dorándose será menos pegajosa.
Continuar salteando las falsas migas removiendo y dejando que se dore bien hasta que la masa no se vea cruda y tenga una textura ligeramente crujiente y no gomosa. Servir corriendo el punto de sal y pimienta y añadir hierbas frescas picadas.
Con qué acompañar las migas
Al ser un plato con base de harina de legumbres es más saciante de lo que parece, así que recomendamos acompañarlas de una ensalada sencilla, buen tomate aliñado al gusto o una guarnición de verduras salteadas, pisto casero o una sopa fría en verano, como un gazpacho de melocotón sin pan.
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