El naan forma parte de los panes de masa plana que suelen ser muy típicos en países asiáticos como la India, aunque también los encontramos en la tradición mediterránea. Esta versión del naan es perfecta para quienes sigan una dieta sin gluten o busquen una masa más nutritiva, ya que su ingrediente principal es la harina de garbanzos.
Su autora original nos recomienda usar el horno para cocinarlos, aunque también se podrían hacer a la plancha como si fueran tortitas. Es una receta bien sencilla para la que solo tenemos que trabajar con cierta mañana al manejar esta harina, pues, al no tener gluten y ser una legumbre, es más delicada y no tiene elasticidad.
Precalentar el horno a 220ºC con calor arriba y abajo. Preparar una bandeja o fuente grande forrándola con papel de hornear.
Mezclar en un recipiente la harina de garbanzos, la maizena, la harina de lino (semillas de lino trituradas, opcional), una pizca de sal, la levadura química (impulsor) y una buena pizca de bicarbonato. Si no se tiene bicarbonato, usar más levadura. Se pueden añadir especias como ajo en polvo o pimienta.
Añadir el aceite de oliva, el yogur o equivalente vegetal y 3/4 del agua indicada. Mezclar con unas varillas o cuchara hasta integrar todo sin tener grumos. Estará espeso; añadir poco a poco el resto del agua, sin echarla de golpe, mezclando a la vez. Debe quedar una textura suave pero espesa, algo más densa que la masa de tortitas.
Formar los panes depositando cucharadas sobre la bandeja de horno forrada. Hemos hecho cuatro unidades, pero pueden hacerse menos o más cambiando el tamaño. Extender con la cuchara o una espátula dándoles forma ovalada, no muy finos.
Aderezar con sésamo y/o cilantro picado, tapar con papel de aluminio o poniendo otra bandeja de horno encima (cuidado con no tocar la masa) y hornear 7 minutos. Destapar y pulverizar o pintar con aceite (opcional), y hornear 2-3 minutos más, sin dejar que se tuesten.
Retirar del horno y esperar a que se enfríen antes de separar la masa con un cuchillo afilado de sierra para despegar el papel.
Con qué acompañar el pan naan sin gluten
Si enriquecemos la masa de este pan naan con más especias, hierbas o aderezos, estará muy rico por sí solo y podríamos tomarlo como refrigerio entre horas, aunque lo suyo es servirlo como acompañamiento de guisos, sopas o cremas de verduras, especialmente de inspiración india tipo dal o un curry. Es perfecto también para acompañar hummus en cualquiera de sus variedades u otros patés untables y dips, o para usar de base de una tosta saludable.
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