Tenemos multitud de opciones para aprovechar los plátanos que se ponen más maduros en el frutero -se pueden usar incluso cuando están negros por fuera-, y lo cierto es que podemos hacer postres tan ricos que merece la pena usarlos a propósito, no pensando en una receta de aprovechamiento. No siempre hay que encender el horno, un postre cremoso como este pudding es una buena opción para quien quiera algo rápido, nutritivo y muy fácil.
Pudding, falsas natillas, crema... el nombre es un poco lo de menos; se trata de un postre de cuchara cremoso en el que solo necesitamos la dulzura natural de la fruta madura, pero si no tenemos plátanos muy dulces podríamos recurrir a un edulcorante que nos siente bien, tanto líquido como granulado si se disuelve sin problemas. Aunque si además añadimos vainilla no tenemos por qué echar de menos más endulzantes.
Puedes usar una bebida vegetal como alternativa a la leche, que puede ser sin lactosa, y así tendríamos un postre vegano, que también es sin gluten. El pudding espesará más al enfriarse, pero siempre puedes ajustar la textura a tu gusto añadiendo más líquido o cociendo más tiempo la mezcla.
Trocear el plátano pelado en un cazo y machacar con un tenedor hasta hacer un puré y mezclar con los primeros 250 ml de leche y la mantequilla de cacahuete. Poner al fuego a temperatura suave y remover con unas varillas para homogeneizar.
Batir la leche fría adicional con la maizena hasta que se disuelva por completo. Añadir al cazo y continuar la cocción removiendo sin parar durante tres o cuatro minutos. Apagar el fuego y añadir la vainilla, removiendo a medida que se enfría. Si se quiere una textura más homogénea sin grumos, triturar con batidora y remover bien.
Repartir en cuencos o vasitos (según el tamaño dará para 4-6 raciones) y esperar a que se enfríe casi del todo antes de dejar reposar en la nevera, al menos una hora, mejor dos.
Con qué acompañar el pudding de plátano
Este pudding está más rico si ha reposado al menos dos horas en frío, y se puede tomar tal cual o con toppings o complementos al gusto. Le va bien coco sin azúcar, pistachos picados o nueces, frutos rojos frescos como frambuesas o arándanos, nibs de cacao o chocolate negro sin azúcar picado, cacao en polvo, etc.
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