Personalmente no me gusta mucho decir eso de "tras los excesos navideños toca algo ligero", pero me temo que nadie se escapa. Pero siempre es mejor hablar de recuperar hábitos saludables con platos más equilibrados y no tanto de dietas, sin tener que sufrir en la mesa. Una receta como este salteado de calabacín con gambas puede ser tan sana como deliciosa, nutritiva y ligera.
También es buena idea retomar elaboraciones menos complejas, sobre todo si nos ha tocado cocinar mucho estas fiestas. A mí me encanta cocinar platos especiales, pero se agradece volver a cosas sencillas, rápidas y sabrosas. Y como siempre, esta receta es muy versátil y se adapta a todo tipo de menús y necesidades.
Suelo tener gambas congeladas siempre a mano para preparar platos rápidos como este; está claro que quedaría mucho más rico con langostinos frescos pero los congelados tienen la ventaja del precio y la disponibilidad para improvisar un poco. Son muy prácticas para enriquecer platos sencillos cuando cocinamos para una o dos personas.
Lavar los calabacines y cortar longitudinalmente. Cortar en medias lunas del grosor de medio dedo, aproximadamente. Si los dejamos más finos quedarán más tiernos al cocinarlos, va al gusto. Yo suelo combinar grosores para tener un juego de texturas en el plato. Picar el ajo muy fino.
Calentar un poco de aceite en una plancha o parrilla de buena calidad y cocinar las gambas directamente congeladas -podemos enjuagarlas bajo un colado con agua tibia si vienen con hielo-, a fuego fuerte. Saltear hasta que empiecen a coger color y sazonarlas con un poco de sal y pimienta. Retirar.
Limpiar un poco con papel de cocina la plancha si fuera necesario y volver a calentar un chorrito de aceite y añadir el diente de ajo. Dar unas vueltas rápidamente y echar el calabacín, removiendo a fuego fuerte para que empiece a coger color. Salpimentar y agregar la ralladura de limón.
Bajar un poco la potencia del fuego y saltear unos minutos, removiendo continuamente. Reincorporar las gambas cuando veamos que la verdura está casi en su punto. Añadir el eneldo, una pizca de orégano y remover bien.
Servir recién hecho con un poco de zumo de limón, un golpe extra de pimienta y algo de perejil fresco picado, opcional.
Con qué acompañar el salteado de calabacín
Este plato de salteado de calabacín con gambas es perfecto para una cena sencilla y ligera o para servir de primer plato en un menú más completo. También hará buena pareja con una crema de verduras o una ensalada, o como guarnición de un pescado asado o a la plancha. Podemos convertirlo en un revuelto añadiendo un par de huevos batidos al final, o enriquecer el plato sirviéndolo con arroz, cuscús o quinoa.
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