A medio camino entre una cheesecake y un pastel de yogur, esta tarta de queso fresco batido es una alternativa más saludable para disfrutar de un postre fresco y rico en proteínas perfecto para los días más cálidos. Solo hay que prepararlo con un poco de antelación para que pueda reposar y enfriarse en la nevera, donde además ganará en sabor.
El queso fresco batido desnatado ya es fácil de encontrar en prácticamente cualquier supermercado y bajo marcas comerciales diversas. Con un sabor suave y dulzón, mucho más neutro que el queso crema de untar, es un producto lácteo muy popular entre deportistas y quienes quieren controlar su peso por ser saciante, rico en proteínas y con muy poca grasa. Además, es tremendamente versátil.
Puedes usar el que más te guste, aunque recomendamos escoger uno denso que no tenga tanto líquido o suero, el cual siempre podemos filtrar un poco usando una tela tipo muselina o filtro de hacer confituras. En cualquier caso, hay que pesar la cantidad siempre después de retirar ese agua, y si nos quedamos cortos y no tenemos más queso batido podemos completar lo que nos falta con un yogur natural espeso o tipo skyr.
Precalentar el horno a 170ºC sin aire, con calor arriba y abajo, y forrar un molde redondo desmontable de unos 19-20 cm de diámetro usando una hoja de papel de hornear grande. Lo más fácil es arrugarla mucho con las manos, humedecerla por fuera y colocarla dentro del molde para que lo cubra por completo.
Batir con unas varillas los huevos, añadir vainilla (u otro aromatizante como ralladura de limón o lima), el queso fresco y la maizena, y batir hasta que no haya grumos. Si queremos que sea dulce, podemos echar ahora edulcorante líquido apto para cocinar o erititrol, con cantidades equivalentes a unos 60-80 g de azúcar (cada marca tiene sus indicaciones).
Verter en el molde, romper las burbujas grandes que puedan haber salido y hornear durante unos 70-75 minutos, comprobando que no se tueste demasiado por encima. Una vez al pinchar con el centro con un palillo salga limpio, apagar el horno, abrir un poco la puerta y esperar 5 minutos. Sacar y dejar enfriar por completo antes de de desmoldar y enfriar en la nevera.
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Con qué acompañar la tarta de queso fresco batido desnatado
Es importante tener paciencia y dejar que la tarta se se fríe al menos dos horas en la nevera antes de servir, sobre todo en verano. Podemos servirla con mermelada sin azúcar casera, fruta fresca de temporada y ralladura de limón o lima para darle un toque más fresco. También está buena con zumo de naranja que podemos reducir un poco previamente en un cazo al fuego para que caramelice con sus propios azúcares.
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