Tener el "pie plano" es una de las cuestiones más conocidas a partir del acervo popular, además de ser una de las preocupaciones más comunes entre corredores y otros usuarios.
Pero, ¿de verdad es un problema a la hora de correr? ¿Qué supone, en realidad, tener el pie plano? ¿Cómo afecta a nuestra salud, especialmente si salimos a correr? Vamos a tratar esta importante y poco clara cuestión.
¿En qué consiste tener el pie plano?
Se estima que un 20% de la población mundial no presenta desarrollo del arco en un pie o en ambos pies. El arco es ese hueco que se forma siguiendo la línea del maléolo, en la cara interna de nuestro pie. El arco plantar se percibe desde fuera por efecto de la curvatura que se forma en el hueso. El peso de nuestro cuerpo se sustenta, así, entre las puntas y el talón, que apoyan por completo.
En el caso de pie plano, el arco ha colapsado y toda la base del pie toca el suelo. Esto puede acarrear problemas posturales o de locomoción, aunque no suele suponer ninguna disfunción en la velocidad ni tampoco afecta al conocido como reflejo plantar. Los problemas, como decíamos, suelen implicar a las posturas de las piernas y la columna, ya que fuerzan al cuerpo a la pronación (normalmente) o a la supinación.
Estas, en sí mismas, no suponen un verdadero problema, a no ser que sean excesivas. Entre las consecuencias de una mala pisada continua están los dolores de espalda y de extremidades, que pueden forzar nuevas y malas posturas. No obstante, en sí, el pie plano no tiene por qué ser problemático en cuanto al día a día.
Entre otras cosas, existen los pies planos flexibles, que se dan en los casos de hiperpronación. En estos, el arco plantar sigue existiendo, pero no se aprecia debido a la pisada existente, que disimula su presencia. ¿Y qué hay de los corredores? ¿Qué problemas pueden enfrentar ante un pie plano?
El pie plano del corredor
En la carrera, los pies tienen una función de apoyo, estabilización e impulso importantes, obviamente. Cualquier alteración en la pisada, mayor o menor, afectará al resto de nuestro cuerpo. Un pie normal tiene un arco plantar que permite absorber los impactos que se producen en la carrera mediante un cierto aplanamiento. Si este arco no existe, todo el pie absorbe el impacto.
¿Quiere decir esto que sufrirá más? No tiene por qué. Existen corredores planos con problemas en la misma medida que corredores normales con problemas. Eso sí, dichos problemas suelen ser distintos. Esto se debe, como decíamos, no al propio pie plano sino a la posición de la pisada, lo que afecta al resto de la posición.
Como un pie plano tiene tendencia a pronar más (o la pronación provoca el pie plano) esta posición puede ser excesiva para la carga muscular del cuerpo. Esto puede provocar una posición inadecuada que se pronuncia a medida que el pie va golpeando una y otra vez el suelo. La alteración muscular, unida al impacto continuado, puede provocar dolores a medio plazo, contracturas y posturas que van cada vez a peor.
En sí mismo, el pie plano no es un problema para el corredor. Lo es la técnica a la hora de correr y la posición general que adoptan los pies. Sí que puede generar más problemas en el caso del sobrepeso, ya que el impacto no se absorbe de la misma manera y la fascia del pie podría sufrir algo más al soportar un peso mayor. Pero, en general, tener el pie plano, en sí mismo, y como ya hemos dicho, no es un problema.
¿Qué debo tener en cuenta para solucionar o prevenir los problemas de pie plano?
En el caso de sufrir un problema por nuestro pie plano, lo primero que deberíamos es acudir a un especialista. Este, seguramente, nos hará las pruebas pertinentes para determinar qué tipo de pisada, real, tenemos. La más rara entre corredores suele ser la supinadora. La pronadora excesiva puede llevar relacionada todo tipo de problemas a nivel tibial o, incluso, en el menisco. También puede promover la condromalacia y la deformación ósea, y afectar a la estructura de la espalda, pudiendo provocar o intensificar una mala postura que terminará en escoliosis o rectificación.
En tal caso, probablemente, nos ofrezca un tratamiento correctivo con plantillas especiales y otros elementos ortopédicos que nos ayuden a tener una pisada "más saludable". No obstante, aunque existen un montón de "soluciones" para el pie plano, pocas funcionan y son, normalmente, innecesarias.
Como ya hemos dicho, tener poco arco plantar no es sinónimo de una pisada incorrecta. Podemos hacer ejercicios correctores determinados por el especialista, aunque las evidencias muestran que, debido a lo corto de los músculos del pie, esta característica rara vez se soluciona con ejercicios. En definitiva, el pie plano no tiene por qué ser malo, pero tener una mala pisada, y una peor técnica al correr, sí lo es.
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