Según datos de la OCU, actualmente, un 30% de españoles consume algún tipo de suplemento alimenticio, ya sea de vitamina o de minerales. La vitamina D, junto con el calcio, omega 3 y el magnesio y potasio, es una de las más consumidas mediante suplementos.
Esta situación no se da solo en España, sino que, según algunas recientes estadísticas, en Estados Unidos el porcentajes es todavía mayor, llegando a un 52% de la población.
Esta tendencia a compensar con suplementos lo que no conseguimos con la alimentación podría parecer inocua, pero no lo es. Según un reciente estudio, no solo los suplementos de vitaminas son ineficaces sino que pueden incluso ser peligrosos.
Este estudio encontró que los suplementos de vitamina D, calcio o vitamina C no aportaban ningún beneficio a nuestra salud, aunque tampoco causaban ningún daño. Sin embargo, los suplementos de estatina, de vitamina B3 o de antioxidantes podían tener efectos adversos en algunas personas.
Consumir alimentos reales, con alto contenido en nutrientes nos aporta los beneficios de las vitaminas y del resto de nutrientes
Según estos investigadores, que los suplementos no nos aporten nada - o puedan incluso ser peligrosos - se debe a que, cuando consumimos un suplemento con una vitamina concreta, este suplemento nos nos aporta ningún otro nutriente. Sin embargo, si consumimos alimentos altos en dichas vitaminas nos beneficiamos del resto de nutrientes de dicho alimento. Esto contribuye al aporte general que tiene ese alimento en nuestra salud.
Lo curioso es que, en España, se hace un alto uso de complementos alimenticios, cuando la realidad es que la única vitamina en la que parece que tenemos deficiencia en la vitamina D.
La situación en España
Efectivamente, parecería una broma, pero la realidad es que a pesar de la cantidad de horas de sol que tenemos en nuestro país, la población española tiene un importante déficit de vitamina D. Esto se reproduce en muchos países del mundo, pero choca especialmente que sea así en nuestro país.
Mantener los niveles adecuados de vitamina D es básico para nuestra salud. No solo nos ayuda a mantener una buena salud muscular, sino que ayuda a mejorar la calidad de nuestro sueño y podría ayudar a reducir las posibilidades de padecer cáncer. Tener deficiencia de vitamina D provoca falta de calcio, aumentando el riesgo de sufrir osteoporosis o raquitismo, entre otras enfermedades relacionadas con los huesos.
No solo eso, ya que la vitamina D tiene relación con el crecimiento celular o con la transmisión de impulsos nerviosos y la coagulación de la sangre. En definitiva, que la población española tenga una deficiencia importante de dicha vitamina supone un problema de salud global grave.
Sin embargo, en lo que se refiere a otras vitaminas, consumimos niveles adecuados de vitamina C -incluso a veces excesivo - mediante nuestra alimentación. Según estos mismo datos de consumo realizados por el Ministerio de Agricultura y Pesca, el consumo de calcio, vitamina E, vitamina A y vitamina B, obtenidos mediante la alimentación son adecuados y alcanzan los niveles adecuados. Esto choca frontalmente con el hecho de que se consuman tantos suplementos vitamínicos. ¿Para qué si estamos más que cubiertos con nuestra alimentación?
El caso de la vitamina D
A pesar de que tengamos unos niveles adecuados del resto de vitaminas, no podemos evitar preguntarnos cómo es posible que en un país con tantas horas de sol tengamos una deficiencia de dicha vitamina incluso mayor que en países como Escandinavia. Algunas investigaciones sugieren que se deba a que, en general, nuestra piel es más oscura que en otros países europeos, lo que dificulta la síntesis de vitámina D de forma cutánea. Al mismo tiempo, consumimos un bajo aporte nutricional de vitamina D que no consigue compensarse a través de la síntesis cutánea.
Es decir, consumimos tan pocos alimentos altos en vitamina D, que la cantidad de horas solares de nuestro país no consiguen compensar lo que no obtenemos mediante la alimentación. Efectivamente, la clave está, igual que con el resto de vitaminas, en nuestra alimentación.
La idea es que, para conseguir las vitaminas necesarias, debemos consumir alimentos con buenos nutrientes. En el caso de la vitamina D la podemos encontrar en el pescado, especialmente, en el salmón y las sardinas. También podemos encontrarla en los filetes de hígado o en los huevos.
En definitiva, el consumo de suplementos es una manera bastante poco eficaz de gastar dinero. Por una parte, en el caso de la mayoría de vitaminas, ni siquiera lo necesitamos porque ya alcanzamos las cantidad necesaria. Por otro, en lo que a la vitamina D se referiría, supone gastar dinero comprando unos suplementos que no nos ayudarían a conseguir lo que sí podemos lograr mediante la alimentación y con la exposición segura al sol utilizando un buen protector solar.
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