Casi todos los que asistimos al gimnasio lo hacemos no solo para conseguir una buena salud, sino también por mantener un físico correcto. Pero a veces no solo sirve con asistir al gimnasio para conseguirlo, sino que existen una serie de puntos que no debemos descuidar en lo que a nuestra vida cotidiana se refiere. Por ello en Vitónica vamos a repasar algunas de ellas.
Es cierto que los entrenamientos son esenciales para lograr un cuerpo bonito y proporcionado, pero los gestos cotidianos y los hábitos son igual de importantes. Muchas veces a diario hacemos cosas que no tenemos en cuenta y que frenan nuestro correcto desarrollo corporal. Es importante que no los perdamos de vista y sepamos cuáles son los más importantes a tener en cuenta, ya que seguro que si reparamos más en ellos conseguiremos unos mejores resultados.
En primer lugar muchos de nosotros no reparamos en aspectos que creemos deben acompañas actos de nuestra vida cotidiana. Hay que prestar especial atención a la ingesta de alcohol. Se trata de una sustancia altamente calórica que no es que solo consiga que aumentemos el glucógeno y por consiguiente la cantidad de grasas que hay en el organismo, sino que acaba por atrofiar la quema de grasas por parte del organismo, ya que el alcohol se convierte en acetato. Nuestro organismo lo quemará para obtener energía dejando sin utilizar las grasas que se quedarán almacenadas estropeando nuestra imagen.
Fumar es otro de los gestos que muchos de nosotros llevamos a cabo y que es totalmente incompatible con el correcto mantenimiento de un físico saludable. Principalmente el tabaco lo que hace es dañar nuestra salud en su totalidad, pues afecta a todos los órganos al ser un agente tóxico que nos contamina poco a poco. En el caso de las personas que practicamos deporte lo primero que consigue el tabaco es menguar el rendimiento, ya que al empeorar el riego sanguíneo lo que sucede es que los músculos reciben menos sangre con lo que se oxigenan menos, tienen menos alimento y por lo tanto no tienen la capacidad de resistencia y aguante necesaria.
El abuso de azúcares refinados presente en bollos, pasteles y golosinas, al igual que refrescos azucarados es algo que debemos tener en cuenta, ya que este tipo de azúcar hace que aumenten los niveles de glucosa en sangre. El glucógeno asciende de forma muy rápida, tanto que no nos da tiempo a quemarlo, lo que lleva al cuerpo a almacenarlo en forma de grasa que se quedará incrustada y guardada para futuros usos aumentando nuestro peso y volumen.
Algo similar ocurre con el abuso de alimentos ricos en grasa, ya que el exceso de este nutriente nos acareará un empeoramiento de la circulación sanguínea, y con ello el aumento del riesgo de padecer cualquier tipo de anomalía a la hora de realizar actividades deportivas de alta intensidad, puesto que nuestros órganos y sistema circulatorio no responderá de la forma esperada.
A pesar de todo es importante que sigamos unos hábitos de vida saludables. Es cierto que la teoría casi todos nosotros la sabemos de memoria, pero no está mal recordar de vez en cuando que muchos de los hábitos del día a día pueden acabar por pasarnos factura y ralentizar el desarrollo correcto de la actividad física.
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