La relajación es parte importante para conseguir el bienestar general de nuestro cuerpo. Por este motivo cada vez son más las formas de relajarnos y conseguir una buena salud corporal. A pesar de surgir cada vez nuevas técnicas de relajación y nuevas actividades para conseguirlo, nosotros en esta ocasión vamos a reparar en dos métodos que queremos analizar detenidamente para comparar los beneficios de uno u otro. Se trata del baño turco y la sauna, dos actividades que ofrecen muchos centros deportivos y que debemos conocer a la perfección.
Ambas actividades son más habituales de lo que pensamos, y en las dos lo que se busca es el bienestar físico, tanto externamente como internamente. Ambas utilizan el calor como base para producir un efecto en nuestro cuerpo, solo que cada una lo hace de una manera. En el caso del baño turco el vapor será la manera de conseguir que nuestro cuerpo reaccione, mientras que en la sauna el calor seco y las altas temperaturas serán las que busquen el efecto del cuerpo a través del sudor.
Como hemos comentado, el baño turco utiliza el vapor como modo de activar en nuestro cuerpo una serie de mecanismos. El vapor inunda la estancia donde permaneceremos, y no se trata de un vapor cualquiera, sino que mantiene una temperatura caliente. Este calor producirá un efecto similar al de la sauna, ya que desatará en nuestro cuerpo la sudoración, y con ella la pérdida de toxinas a través del sudor corporal. Pero en este caso el calor se verá agravado con el vapor, que ayudará además a limpiar los poros, ayudando a mantener una piel mucho más limpia de lo que conseguimos solo con la sauna.
En cuanto al baño turco es necesario que no perdamos la cuenta de que el vapor no solo tendrá un efecto externo, sino que respirar vapor de agua nos servirá en muchos casos para limpiar los pulmones. Es cierto que para muchas personas no es bueno respirar vapor de agua, y mucho menos caliente, ya que pueden hacerse daño en los pulmones, por lo que en estos casos será siempre más recomendable el uso de la sauna, ya que de este modo, y mediante un calor seco, eliminarán toxinas sin correr ningún tipo de de riesgo respiratorio.
Otro punto a tener en cuenta de ambos tratamientos es la temperatura, ya que para muchas personas representa un grave problema, pues el exceso de temperatura hace que la tensión disminuya, provocando desvanecimientos y malestar. Por eso es necesario que nunca abusemos de ambos tratamientos, ya que lo ideal es saber combinarlos y mantenerlos el tiempo necesario para que obtengamos el mayor número de beneficios para nuestro organismo.
Imagen | maaniemi
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