Carolyn Hartz es una empresaria australiana que, en su 40 cumpleaños, descubrió por medio de unas analíticas que iba directa hacia una diabetes. De ahí a dejar de consumir azúcar hubo solo un paso.
A sus 74 años, más de 30 años después, Carolyn tiene una envidiable forma física y una excelente salud. Algo que ella achaca, precisamente, a su renuncia a comer azúcar hace tres décadas. ¿Pero basta con dejar de comer azúcar para mantenernos en la mejor forma física posible?
Efectos perjudiciales de consumir azúcar
Existen mecanismos y evidencia de investigación que respaldan la idea de que el consumo excesivo de azúcar promueve el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 tanto directa como indirectamente.
Estas evidencias sugieren que las dietas altas en azúcar añadido promueven el desarrollo de enfermedades metabólicas tanto directa como indirectamente. Por un lado, componente de fructosa en el azúcar provoca una desregulación del metabolismo de los lípidos y los carbohidratos. Por el otro, el azúcar promueve el equilibrio energético positivo, por lo tanto, el peso corporal y el aumento de grasa, que también provocan una desregulación del metabolismo de los lípidos y los carbohidratos.
Existe la creencia generalizada de que la dieta afecta la enfermedad metabólica únicamente a través de los efectos del exceso de peso y grasa corporal.
Sin embargo, sabemos que el consumo de azúcar tiene efectos directos que aumentan los factores de riesgo de enfermedades metabólicas en ausencia de un balance energético positivo.
La buena salud de Carolyn no depende solo del azúcar
A pesar de los beneficios, la renuncia al azúcar no es lo único que la mantiene en tan buena forma. Sabemos que Carolyn Hartz, además de haber reducido a cero su consumo de azúcar, también realiza ejercicio físico, tanto anaeróbico como aeróbico.
Los efectos positivos de la actividad física para los adultos mayores se han demostrado en la reducción de la prevalencia de afecciones crónicas comunes, la mejora de la salud mental, la disminución del deterioro cognitivo y la reducción de las tasas de mortalidad.
Todo ello se debe también a dos adaptaciones que ocurren en adultos mayores que hacen ejercicio: el aumento de masa muscular y la pérdida de grasa corporal tanto a nivel subcutánea como visceral. De esta manera, mejoran significativamente los marcadores de salud.
Por otro lado, tenemos también que tener en cuenta que la osteoporosis ataca mucho a una mujer después de la menopausia. Las probabilidades de padecer osteoporosis se reducen considerablemente con la práctica de ejercicio físico, más concretamente con el entrenamiento de fuerza.
Por supuesto, también hay que tener en cuenta el factor de la genética. No todas las personas que tengan el mismo estilo de vida que Carolyn Hartz van a llegar así a los 74 años.
Pongamos el ejemplo de una persona que fuma y otra que no fuma. Tiene más probabilidades de padecer cáncer de pulmón u otro tipo de cáncer la persona que fuma, pero puede darse la casualidad de que la persona que no fuma y tiene un buen estilo de vida, llegue a padecer algún tipo de cáncer y el que fuma no lo haga.
En cualquier caso, un estilo de vida saludable, aunque no reduzca a cero las probabilidades de padecer un trastorno o enfermedad, las reduce en gran medida. Y abandonar el azucar, o reducirlo de manera importante, puede ser un buen primer paso.
Imágenes | @sweetlifeaus, Unsplah
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