Nuestros ciclos circadianos están definidos genéticamente y son los que determinan que nuestro cuerpo se sienta con más energía y productividad por la mañana o bien, por la noche y por la tarde. El cronotrabajo es la última tendencia que busca adaptar la jornada laboral al reloj interno de cada uno, para mejorar la productividad.
En qué consiste el cronotrabajo
El concepto de cronotrabajo propone adaptar la jornada laboral a cada ritmo circadiano natural. Es decir, que si a tu cuerpo le cuesta levantarse por las mañanas resultará también antinatural ser muy productivo a primeras horas del día.
Ellen C Scott, una periodista creadora del blog Working on purpose y copresentadora del podcast Eat, Sleep, Work, Repeat, señala que ya es momento de alinear el horario de trabajo con nuestro reloj biológico.
Según nuestra genética, podemos ser ser más bien madrugadores o noctámbulos o bien, ser intermedios y encontrar nuestra productividad en diferentes momentos del día.
De esta forma, conocer en qué cronotipo encajamos mejor nos permitirá ajustar los horarios de trabajo a aquellos momentos en que nuestra productividad es superior.
Asimismo, podemos planificar nuestra jornada en función de nuestro cronotipo destinando las tareas más exigentes o que más concentración demandan para aquellos momentos de mayor productividad; y reservando para los horarios en que nuestro rendimiento decae las tareas más sencillas.
Lo primero será conocernos y detectar si somos "alondra" y nuestros mejores momentos los encontramos por la mañana o si somos "búho" y poseemos mayor energía por las noches.
Una vez conocido nuestro cronotipo, ajustar a nuestro reloj biológico nuestra jornada laboral pudiendo ser flexibles y aprovechar las horas de mayor productividad será clave para respetar el cronotrabajo y optimizar el rendimiento cognitivo.
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