Los avances científicos en la prevención y tratamiento de enfermedades están detrás del crecimiento exponencial de la esperanza de vida. Cada poco tiempo surgen nuevas formas que nunca antes habríamos pensado que eran útiles para combatir una enfermedad. Una muestra de ello es la comercialización de dispositivos o programas con clics rítmicos y luces intermitentes que se repiten de manera cíclica 40 veces por segundo, ni una más, ni una menos. Este espectáculo de luz y sonido tiene como objetivo combatir los efectos de la demencia y enfermedades como el incapacitante Alzheimer.
Luces y acción para frenar el Alzheimer
Una noticia destacada de hace unos días de la prestigiosa revista Nature se preguntaba si las luces intermitentes pueden detener el Alzheimer. Aunque hay que ser muy cautos, especialmente en las enfermedades neurodegenerativas en las que casi la totalidad de nuevos tratamientos finalmente no funciona, hay resultados esperanzadores en el uso de luces parpadeantes para frenar la demencia.
La neurocientífica Li-Huei Tsai y sus colegas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge informaron por primera vez en 2016 que las las luces parpadeantes tenían efectos beneficiosos en ratones con enfermedades similares al Alzheimer.
Los científicos creyeron que era demasiado bueno para ser verdad, así que parecía mentira. Sin embargo, en estos años se ha podido probar con ensayos clínicos en humanos y los resultados han proporcionado evidencia alentadora de neuroprotección, sin ninguno de los efectos secundarios graves, como hinchazón o sangrado cerebral, que suelen acompañar a los medicamentos.
¿Por qué luces o música rítmica puede ayudar en el Alzheimer?
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza principalmente por la acumulación de placas de beta-amiloide y ovillos de proteína tau en el cerebro . Se cree que estas estructuras proteínicas interfieren en la comunicación neuronal y provocan la muerte celular.
A principios de los 90, un grupo de neurocientíficos descubrieron una deficiencia en algunas de las ondas de emisión más rápidas del cerebro en las personas con Alzheimer. En concreto, la deficiencia se presentaba en la banda de frecuencia gamma, que oscilan en torno a los 40 hercios.
En los individuos con enfermedad de Alzheimer, estas ondas gamma, que son cruciales para procesos como la atención y la memoria, eran más débiles que las de los individuos cognitivamente sanos. Desde entonces, se ha buscado la manera de revertir esa deficiencia de rayos gamma, sabiendo en todo momento que 40 hercios es la frecuencia necesarias para activarlas.
En febrero de 2024 se comprobó que exponer al cerebro de manera repetida a esa frecuencia de 40 hercios suponía la alineación cerebral con el ritmo del estímulo. La conexión neuronal se fortalecía y la inflamación disminuía por arte de magia, como si el tic tac de un reloj nos hipnotizase ahora mismo al centrarnos en él.
Por lo tanto, exponer durante una hora a las personas con Alzheimer a una estimulación visual o auditiva de 40 hercios ayudaría a revertir, o al menos a mantener, el funcionamiento de las ondas gamma. Antes de continuar, en todo buen cuento hay un villano, y aquí el malo es el interés económico de la industria.
El dinero es lo único que hace que se aplique la ciencia antes de haber sido totalmente contrastada
Cuando hay dinero de por medio y una empresa escucha el río sonar no se espera a ver si lleva agua o no, se lanza a diseñar productos para venderlos. Eso ocurre con la industria artesanal que ha surgido en torno a dispositivos comercializados como productos de "bienestar" que incorporan luces intermitentes y sonidos de clic en lámparas de escritorio o aplicaciones para teléfonos inteligentes, todo lo cual afirma mejorar la salud cerebral.
Como suele pasar en estos casos, la publicidad y la realidad se entremezclan comenzando a crear mitos y productos no fiables. Ya hay varias publicaciones de empresas que han hecho estudios sobre esta temática. Seguro que has escuchado alguna vez en un anuncio cosmético que "sus beneficios están científicamente demostrados".
En toda investigación de calidad existe un apartado que se llama "conflicto de intereses" en las que se está obligado a exponer si alguien ha financiado o participado en ese estudio. De esa forma, un estudio sobre los efectos perjudiciales de las bebidas energéticas en el que participa Red Bull debe ser, como poco, bien revisado, pero eso no quiere decir que haya que desecharlo.
¿Qué dispositivos para potenciar la activación de ondas gamma existen actualmente?
A día de hoy ya hay muchos productos y aplicaciones móviles que emiten destellos o clics de 40 hercios de forma constante, aunque muchos de ellos no son del todo precisos. Hay reproductores que emiten sonidos de clic, bombillas parpadeantes y lámparas de escritorio estroboscópicas que se pueden comprar en línea, con precios que van desde los 50 a los 274 dólares.
Algo tan sencillo como que la pantalla del móvil lance destellos en esa frecuencia ya aplicaría lo comentado en este artículo, pero ocurre lo mismo que utilizar un reloj deportivo de 20 euros u otro de 700 euros. Empresas como Optoceutics comercializan por 1999 dólares su sistema Evy Light que basa su funcionamiento en todo lo explicado anteriormente.
Otras tecnologías de 40 hercios en desarrollo incluyen un auricular de 1.799 dólares fabricado por Vielight en Toronto, Canadá, que administra luz infrarroja cercana a través de una serie de diodos emisores de luz colocados estratégicamente en el cuero cabelludo, además de uno que se sujeta a una fosa nasal y apunta hacia la nariz.
Existen otras opciones como gafas preparadas para ello o sistemas de audición con la misma función. Hay también alternativas que mezclan la estimulación de 40 hercios con la musicoterapia.
Referencias
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