La música es importante a la hora de hacer deporte, y por ello en infinidad de ocasiones hemos realizado listas de reproducción adecuadas para cada disciplina. Ante todo es importante que sepamos por nosotros mismos elaborar las listas adecuadas para las distintas actividades. Para lograrlo lo que vamos a hacer es dar algunas pautas sobre el estilo de música más adecuado para cada modalidad o para cada momento de la sesión de entrenamiento.
Las notas musicales tienen un efecto en nuestro estado de ánimo, por ello la música se utiliza en diferentes aspectos de nuestra vida cotidiana, y por ello el deporte no podría ser menos. El papel que ocupa la música en la actividad deportiva es muy importante, tanto que por ejemplo las actividades grupales no se conciben si música de por medio. Pero no solo estando acompañados debemos usar música, sino que en nuestro entrenamientos personales haremos de la música un aliado para marcar los ritmos y ayudarnos a seguir el entrenamiento.
Marcar los ritmos y la velocidad con la que vamos a realizar el ejercicio es lo que nos indicará la música, por ello es muy recomendable utilizarla a la hora de practicar ejercicio aeróbico como la carrera, la bicicleta, el step… La música que utilicemos debe ser de baile, es decir, con un ritmo pegadizo y rápido, que nos sea fácil de seguir para que sea un aliciente más para seguir adelante con la actividad que estamos llevando a cabo. El dance, la salsa, música electrónica… son algunas de las más recomendables para estas actividades.
A la hora de entrenar en sala con pesos el ritmo no es tan importante pues no debemos mantener un paso constante ni un ritmo continuo. En estos casos la música nos servirá para concentrarnos y tener una motivación extra. Aunque no lo parezca escuchar música mientras elevamos peso nos ayudará a animarnos, pues a la vez que nos concentramos en lo que estamos haciendo puede despertarnos una sensación de mayor energía. Por ello la música recomendable para escuchar en estos momentos debe ser movida. Debemos alejarnos de la música lenta, aunque no es necesario que sea tan rítmica como la descrita anteriormente par a las actividades aeróbicas. Simplemente debe trasmitirnos buenas vibraciones para sacar de nosotros el mejor humor para rendir más.
A pesar de tener siempre en cuenta la música movida y animada, en este momento vamos a destacar la más lenta y relajada. También podemos hacer uso de ella en actividades como los procesos de relajación tras una sesión de entrenamiento. Los estiramientos y la vuelta a la calma la podemos hacer con música más relajada para ayudarnos no solo a limpiar la mente, sino a relajarnos y recuperarnos lo antes posible. Es importante por tanto que a la hora de practicar deporte tengamos algunas sesiones preparadas para cada momento. Desde luego que los gustos de cada uno y las necesidades deben primar a la hora de seleccionar las canciones que más nos convienen para cada momento y que nos ayudarán a realizar los entrenamientos.
Imagen | jakerome
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