Uno de los principales obstáculos a la hora de dejar de fumar es el pensamiento de "Total, el daño ya está hecho, ¿qué diferencia hay?". Si no estamos convencidos de los beneficios para la salud, quizá la fuerza de voluntad que hace falta para dejarlo no merezca la pena, ¿no?
¡Por supuesto que sí! Dejar de fumar es uno de principales esfuerzos que puedes hacer por tu salud, y los beneficios que te aportará comenzarán a notarse enseguida.
Tu salud mejora poco a poco
Los beneficios de dejar de fumar comienzan justo a apagar el último cigarro y se van sucediendo durante años:
Ocho horas después
Una media hora después de haber apagado tu último cigarrillo, tu presión sanguínea vuelve a sus niveles normales, y unas ocho horas después, al final del día más o menos, la cantidad de nicotina y de monóxido de carbono presentes en tu sangre se habrán reducido a la mitad.
Esto es importante porque cuanto más monóxido de carbono, menos oxígeno hay en tu sangre, y eso dificulta el correcto funcionamiento de los músculos y del cerebro.
Eso sí, también notarás algunos efectos negativos, como nerviosismo, ganas de comer y dudas. Es normal y suelen durar unos 5 o 10 minutos. Encuentra un modo de distraerte hasta que esos sentimientos pasen, por ejemplo comiendo chicle, dando sorbos de agua o concentrándote en una canción que te guste mucho.
12 horas después
A estas alturas tus niveles de monóxido de carbono en la sangre han vuelto a la normalidad y tu corazón te lo agradecerá, porque ya no tiene que hacer tanto esfuerzo para llevar el oxígeno a todos los órganos.
En 24 horas
Si fumas un paquete de tabaco al día tienes el doble de probabilidades de padecer un ataque al corazón, pero si pasas todo un día sin fumar, habrás reducido considerablemente ese riesgo.
48 horas más tarde
Atentos porque aquí empieza lo bueno. Para empezar, tus sentidos del gusto y del olfato habrán ganado en precisión al liberarse parte de sus receptores hasta ahora embotados por los compuestos del tabaco.
Tu cuerpo en general está en proceso de limpieza, empezando por tus pulmones, que tiene que expulsar mucha mucosa impregnada de esos compuestos tóxicos. Al mismo tiempo, la nicotina ya está empezando a desaparecer de tu cuerpo.
Y por tanto, comienzan los síntomas de abstinencia más intensos: ansiedad, mareos, hambre y cansancio son los más comunes, así como dolores de cabeza, aburrimiento y una sensación de depresión.
Es normal, pero es duro. Hazte un plan y síguelo. Ve al cine o a algún otro sitio donde no puedas fumar. Busca apoyo, ya sea de tu pareja, de tu familia, de tus amigos, de una app o de un grupo de apoyo.
Si tienes asma, puede que tus síntomas empeoren un poco en este punto. Es confuso, pero es parte del proceso normal de desintoxicación del tabaco y no durarán demasiado.
A los tres días
Tus pulmones están más limpios y la respiración se hace más fácil. Empezarás a recuperar la energía y notarás que te cansas menos que antes.
De dos semanas a tres meses
Tres meses sin fumar son toda una victoria y te mereces que te lo reconozcan, ¡bien hecho! Seguro que tú mismo notas las mejoras: tus pulmones están despejados y son más fuertes, y tu circulación ha mejorado. Todo esto significa que tienes más energía y puedes hacer más ejercicio, lo que a su vez hace disminuir tu riesgo cardiovascular aún más.
Además, ya has pasado la peor parte del enganche. Aún así, puede que todavía tengas ansiedad. Cada uno tiene sus propios desencadenantes de las ganas de fumar, y aunque no puedes evitarlos todos, sí puedes esforzarte por seguir cumpliendo tu estrategia para dejarlo: pide ayuda si lo necesitas, piensa en el dinero que te estás ahorrando al no comprar tabaco, respira hondo 10 veces cuando sientas el impulso de fumar.
Entre tres y nueve meses después
Tus pulmones están más fuertes y limpios, y ahora cuando toses, no te ahogas tanto, sino que lo haces de forma que te ayuda a despejar los propios pulmones y la garganta. Esto te ayuda a evitar muchas enfermedades e infecciones respiratorias, como gripes y catarros.
Un año después
¡Feliz aniversario de la mejor decisión de tu vida! O una de las mejores, en cualquier caso. Para celebrarlo, te informamos de que ahora tu riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular se ha reducido a la mitad respecto al que tenías cuando dejaste de fumar.
Tras cinco años
La cosa sigue mejorando. En este momento, tus probabilidades de sufrir un infarto o cáncer cervical son las mismas que las de cualquier persona no fumadora, y comparado con el momento en que lo dejaste, es la mitad de probable que sufras cáncer de boca, garganta, esófago o vejiga.
En 10 años
Comparado con alguien que todavía fuma, ahora tienes un riesgo un 50% menor de padecer cáncer de pulmón, y las probabilidades de que padezcas cáncer de laringe o de páncreas también se han reducido considerablemente.
En 15 años
Tras 15 años sin fumar, tu cuerpo ha limpiado y curado todos los daños producidos por la exposición a todas las sustancias tóxicas que contiene el tabaco. A estas alturas, tu riesgo de padecer una enfermedad del corazón es el mismo que tendrías si nunca hubieses fumado.
Otros beneficios de dejar de fumar
Además de reducir el riesgo de enfermedades, de que el oxígeno se reparta mejor por tu cuerpo y de dejar de exponerte a sustancias químicas, dejar de fumar tiene algunas ventajas que notarás en tu día a día desde casi el inicio del proceso:
-Ahorrarás dinero. El precio del tabaco no hace más que aumentar, en parte por una serie de impuestos que buscan precisamente animar a los fumadores a dejarlo.
-Mejorará tu ánimo. Aunque solemos pensar que fumar calma la ansiedad, algunos estudios señalan que de hecho es al revés, y que las personas que dejan de fumar muestran una mejora en los niveles de ansiedad, estrés y depresión.
-Saborearás mejor. El sentido del gusto, así como el del olfato, están atenuados en los fumadores porque los componentes del tabaco bloquean parcialmente sus células receptoras. Al dejarlo, se irán despejando progresivamente y disfrutarás más de la comida.
-Tendrás mejor aspecto. El tabaco apaga la piel, oscurece los dientes y amarillea los dedos. Poco después de dejarlo irás notando que tienes mejor aspecto, más agradable y saludable.
-Tus niveles de fertilidad aumentarán, y aumentarán también tus probabilidades de tener un embarazo sin complicaciones y que tu bebé nazca sano y fuerte.
Beneficios para los que te rodean
Tal y como nos recuerda el National Health Service británico, dejar de fumar también supone beneficios para la gente a tu alrededor.
-Protegerás también la salud de las personas a tu alrededor. Los fumadores pasivos están expuestos a muchas de las sustancias tóxicas del tabaco y eso afecta a su salud igual que afecta a los fumadores activos. Si dejas de fumar, estarás mejorando también la salud de tu familia y amigos.
-En especial, de los niños. Si tienes hijos y dejas de fumar, reducirás su riesgo de padecer bronquitis, neumonía, ataques de asma, meningitis e infecciones de oído.
¿Necesitas más razones para dejarlo?
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