Nuestra boca y nuestra dentadura son una de las zonas del cuerpo más expuestas a bacterias, daños y actividad diaria. Es el camino de paso hacía nuestro cuerpo de los nutrientes que necesitamos para sobrevivir, pero también de muchos de los virus y bacterias que nos enferman. Sin embargo, a pesar de su importancia, es una de las zonas cuya salud más descuidamos - el coste económico de acudir al dentista es elevado -.
En cualquier caso, la realidad es que los problemas relacionados con la salud dental son de los más frecuentes en la población y es importante que los conozcamos y reconozcamos para poder prevenirlos y solicitar el tratamiento médico que necesitamos antes de que el problema derive en uno más grave. Estas son los siete problemas más frecuentes para nuestra salud dental
Caries
Las caries son uno de los problemas de salud dental más habituales y ocurre en todas las edades. Este problema se debe, en la mayoría de los casos, a una higiene bucodental incorrecto o deficiente aunque también hay factores genéticos que pueden afectarnos. El consumo elevado de azúcar o de tabaco también puede influir seriamente.
Este tipo de lesión puede darse en diferentes zonas del diente: el lateral de las piezas dentales, la zona superior de de las coronas molares y premolares, la raíz o la parte bajo la línea de las encías. Las caries destruyen el esmalte y la dentina. La lesión puede ser tan grave que lleve incluso a la pérdida del diente.
- Prevención: los factores genéticos son difíciles de prevenir, pero lo que sí podemos hacer es cuidar nuestra higiene dental. Lavar los dientes al menos dos veces al día asegurándonos de eliminar la mayor cantidad de placa dental, vigilar nuestra dieta reduciendo el consumo de azúcar y bebidas gaseosas y acudir al dentista de manera periódica para que nos haga una revisión.
Maloclusión
En ocasiones los dientes crecen en una posición que no es la que les corresponde y a esto se le conoce como maloclusión. Este tipo de problema tiene varias causas posibles entre las que se encuentran la herencia genética, presencia de hábitos como el de ponerse el dedo en la boca o mantener el chupete durante demasiado tiempo y otros problemas como una mala deglución o interposición de la lengua.
Para solucionarlo, este problema suele requerir de la utilización de una ortodoncia que corrija la posición incorrecta de los dientes y los recoloque en la posición que les corresponde.
- Prevención: igual que en el caso anterior no hay demasiado que se pueda hacer contra los factores genéticos. Sin embargo, sí que deben tratarse los malos hábitos y evitar la succión después de los dos años de edad. En algunos casos es posible que sea necesaria la intervención de un logopeda y otorrino para que corrijan hábitos oro-linguales que puedan provocar la maloclusión.
Halitosis
Esta es la forma en la que se conoce al mal aliento y, en algunos casos, puede llegar a ser un problema continuado que se alargue en el tiempo. Uno de los motivos más obvios para este problema es el de una mala higiene bucal, sin embargo existen otros motivos como el consumo de algunos alimentos concretos, el tabaco, la sequedad bucal, infecciones bucales o algunas medicaciones.
- Prevención: asegurarnos de masticar de forma correcta los alimentos, evitar aquellos que nos provoquen mal aliento, asegurarnos de mantener una buena higiene bucal que incluya el uso del hilo dental.
Enfermedad periodontal
Es lo que habitualmente se conoce como "piorrea". Los primero síntomas de este trastorno son la encía inflamada e irritada. También puede aparecer sangrado y dolor cuando nos cepillamos. En esta estadio se trata de una gingivitis, pero puede ir progresando hasta convertirse en una periodontitis. Esto implica que las encías se retraen y los dientes pierden parte de su soporte.
La enfermedad puede cronificarse y en casos graves es posible que provoque la pérdida del diente. Este problema puede tratarse, pero nunca se recupera la encía que hemos perdido, y en algunos casos puede ser necesario el uso de la cirugía.
- Prevención: este tipo de enfermedades se pueden prevenir con una correcta higiene dental. Además, lo ideal es que se acuda al dentista unas dos veces al año para hacer una limpieza profunda. Además, un curetaje ocasional para eliminar el sarro que se acumula bajo la encía.
Bruxismo
Se trata del hábito de apretar y rechinar los dientes. Esta situación suele darse, mayoritariamente, durante la noche mientras dormimos. Es una condición que está muy relacionada con el estrés. Se trata de un síntoma de que tenemos un nivel excesivo de estrés que nuestro cuerpo intenta liberar por medio de este rechinar.
Una de las consecuencias del bruxismo es el desgaste del esmalte dental que puede acabar causando la rotura tanto parcial como completa del diente. Los dentistas pueden realizarnos una férula de descarga para ayudarnos a liberar la tensión.
- Prevención: la única prevención posible para el bruxismo es intentar reducir el estrés antes de que nos provoque esta patología. Para ellos existen algunos medios como reducir el consumo de café - especialmente por la noche - utilizar técnicas de relajación y respiración, hacer deporte, o escuchar música relajante antes de dormir.
Gingivitis
Se trata del estadio anterior a la periodontitis. Conlleva una inflamación de las encías normalmente causada por una acumulación de sarro bajo estas que causa una infección. Suele deberse a una mala higiene bucal, falta de uso de hilo dental y a hábitos como el consumo de tabaco.
Algunos de los síntomas que podemos encontrar son el sangrado de las encías, inflamación de estas y enrojecimiento. Además, puede provocar sensibilidad al frío además de mal aliento. Debe ser tratada ya que, de lo contrario, puede desembocar en una periodontitis.
- Prevención: la forma más sencilla de evitar la gingivitis es asegurándonos de que tenemos una buena higiene dental. Lavarnos los dientes de manera adecuada al menos dos veces al día y hacer uso del hilo dental. Además, acudir al dentista periódicamente para que pueda decidir si necesitamos una limpieza más profunda o no.
Cáncer bucal
Se trata de un tipo de cáncer que puede aparecer en los labios, en la parte interior de la boca, en las amígdalas, en la parte posterior de la garganta o en las glándulas salivales. Tanto el consumo de tabaco como el consumo elevado de alcohol son factores de riesgo para padecer esta enfermedad que afecta más a hombres y personas mayores de 40 años.
Los primeros síntomas de esta enfermedad son muy sutiles y fácilmente confundibles con otras enfermedades: llagas en labios o encías, manchas blancas en las encías o la lengua, adormecimiento de alguna zona de nuestra boca, por ejemplo. Debido a la dificultad para reconocer los síntomas es muy importante que acudamos periódicamente al dentista.
- Prevención: la mejor manera de prevenir en cáncer bucal es no fumar nunca, o dejar de fumar cuanto antes. El tabaco fumado y, sobre todo, es la primera y más importante causa de la aparición de este cáncer.
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