La fuerza de voluntad también se entrena: siete estrategias que te ayudan a seguir entrenando y comiendo bien

La fuerza de voluntad también se entrena: siete estrategias que te ayudan a seguir entrenando y comiendo bien

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La fuerza de voluntad también se entrena: siete estrategias que te ayudan a seguir entrenando y comiendo bien

"Todo es cuestión de fuerza de voluntad" hemos escuchado esta frase muchísimas veces, pero la pregunta que a mí siempre me surge es "¿y de dónde saco yo esa fuerza de voluntad?". Y es que sí, sabemos que cuando se trata de mantener una alimentación saludable, o ir a entrenar, necesitamos tirar de fuerza de voluntad. Lo malo es que a veces parece que esta no aparece por ningún sitio.

Por suerte para nosotros, el cuerpo no es lo único que se puede entrenar, sino que la fuerza de voluntad también. Para ello, existen una serie de técnicas que podemos llevar a cabo, para entrenar esta fuerza de voluntad. Aquí os dejamos siete estrategias que os ayudarán a entrenar la motivación de manera que ir a entrenar o comer bien sea cada vez más sencillo.

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Ponernos objetivos claros

Glenn Carstens Peters 190592 Unsplash

Este es uno de las técnicas más básicas cuando se trata de entrenar la fuerza de voluntad y la motivación. Ponernos objetivos que no estén claros, que no estén bien definidos, que sean ambiguos o que no se adapten a nuestras necesidades y posibilidades nos llevan inevitablemente al flaqueo en nuestra fuerza de voluntad.

El motivo es sencillo: unos objetivos que no sean claros no nos permiten observar ni registrar las mejoras. Además, no nos ofrecen una línea clara que seguir en pos de nuestra meta. Por ello, es muy importante que nos pongamos unos objetivos muy claros, bien definidos y realistas de manera que sepamos exactamente qué es lo que tenemos que hacer y podamos medir si lo estamos cumpliendo o no. Por ejemplo, "salir a correr 45 minutos el martes y el viernes porque son los días que tengo tiempo".

Los objetivos uno a uno

Valentina Conde 691014 Unsplash

"El que mucho abarca poco aprieta" decía mi abuelo y tenía razón. A veces pretendemos cambiar todos nuestros hábitos de golpe: ir al gimnasio siete días a la semana, mantener una dieta estricta, intentar ser ordenados, pasar la aspiradora todos los días, cuidar nuestra piel, madrugar más, irnos a dormir antes y así hasta un infinidad de objetivos. ¿Qué ocurre? Que empezamos muy motivados y el primer día nuestra fuerza de voluntad está en su punto más alto, el segundo día ya tenemos menos y al tercer día no nos queda nada.

Esto se debe a que tenemos unas reservas de fuerza de voluntad relacionadas con el autocontrol que son limitadas. Si nos excedemos poniéndole carga, nos quedaremos sin nada demasiado rápido. Debemos ir entrenándola poquito a poco, sumando objetivos según vayamos cumpliendo otros y dándonos descansos. Para ello, también es buena idea que nos premiemos y nos demos refuerzos positivos cuando cumplimos objetivos. De esta manera estaremos dando cierto alimento a nuestra fuerza de voluntad.

Mantener registros

Green Chameleon 21532 Unsplash

Una vez que tenemos nuestros objetivos claros - y bien dosificados - nuestra fuerza de voluntad se verá reforzada de mantener un registro. La realidad es que, por ejemplo, tendemos a creer que nos movemos más de lo que en realidad nos movemos y que comemos menos de lo que en realidad comemos. La fuerza de voluntad flaquea cuando no estamos prestando atención a nuestras acciones.

Por ello, mantener un registro nos permite mantener la atención y, además, medir lo que realmente estamos haciendo. A su vez, tener la medición de lo que hacemos nos incita a mantener todavía más la atención. En definitiva, al mantener registros, entramos en un ciclo de atención y fuerza de voluntad que se alimentan mutuamente. También nos permite ver cuáles son nuestros avances, lo cual nos da un chute de motivación que refuerza nuestra fuerza de voluntad.

Evitar tentaciones

Monique Carrati 662662 Unsplash

Varias investigaciones han encontrado que a la hora de hacer dieta, y evitar tentaciones, una de las mejores estrategias es no tener comida poco saludable en casa. Nuestra fuerza de voluntad se ve demasiado retada si tenemos delante la causa de la tentación y se trata de un esfuerzo que a veces puede ser demasiado grande.

Para evitarle este esfuerzo, lo mejor es mantenernos alejados de las tentaciones: puede ser retirándolos de nuestra presencia o buscando una distracción cuando no podemos evitarlos. Cambiar el foco de atención del elemento tentador nos ayuda a distraernos del elemento tentador y evitarle a nuestra voluntad ese gasto.

Descansar y alimentarnos bien

Gregory Pappas 734927 Unsplash 1

Una de las cosas que ayudan a recargar nuestra fuerza de voluntad, y que es tremendamente básica y sencilla, es descansar. Dormir las horas necesarias, descansar y alimentarnos bien es básico. Mantener unos buenos niveles de glucosa también es necesario, ya que si la glucosa cae nuestro cuerpo nos va a pedir azúcar y la solución rápida a eso es el azúcar añadido. Por ello, debemos asegurarnos de mantener la glucosa en niveles adecuados consumiendo fruta o lactosa.

Perdonarnos

Felix Koutchinski 710412 Unsplash

Va a haber ocasiones en las que vamos a flaquear, en las que vamos a estar más cansados y en las que la fuerza de voluntad no va a resistir. Debemos tener claro que esto puede ocurrir y que no pasa absolutamente nada por ello. Castigarnos en exceso es desmotivador y no ayuda a continuar más fácil, sino que alimenta el deseo de tirar la toalla.

Por ello, cuando flaqueemos, es importante que nos perdonemos. Debemos aceptar que somos humanos y que a veces fallamos, para después poder continuar con más motivación y más fuerza. Conseguir superar ese error ayudará a que nuestra fuerza de voluntad sea todavía más grande y a que aumente nuestro compromiso con el objetivo que nos hemos propuesto.

Compartir con los demás

Bruce Mars 559226 Unsplash

A veces lo que solos no podemos, lo conseguimos con ayuda de los demás. Compartir nuestras metas y objetivos con otras personas nos ayudará a conseguirlas. Primero, porque la presión social y el deseo de no fallar delante de los demás puede aumentar nuestra fuerza de voluntad. Pero no solo por eso, sino porque las personas que nos quieren tienen la capacidad de animarnos y de darnos el extra de motivación que nos falta.

Estas personas nos pueden animar cuando les decimos que estamos desmotivados o no tenemos ganas. También nos pueden ayudar a mantener la atención en los que estamos haciendo - especialmente si luego se lo tenemos que contar a ellos -, o incluso pueden servirnos para encender la chispa de la competitividad si están siguiendo los mismo objetivos que nosotros.

Imágenes | Unsplash

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