La siesta es una cosa que todos conocemos muy bien, tanto que la hemos exportado y cada vez son más países que han adoptado esta tradición tan nuestra. Esta acción es muy reconfortante y para muchos es una obligación para poder con todas las actividades que tienen que llevar a cabo a lo largo de la jornada. Por ello queremos ver algunos de los beneficios que nos brinda este acto tan sencillo que cada vez se está perdiendo más y convirtiéndose en algo que practican muy pocos.
La siesta para muchas personas representa un fuerte revulsivo a mitad del día, un momento en el que reponer fuerzas y cargar las pilas para poder con el resto de la jornada. En cierto modo es así, ya que numerosos estudios realizados a lo largo de los tiempos han demostrado que la siesta es algo más que un momento de descanso, sino que es totalmente beneficioso para el organismo y el buen funcionamiento del mismo. Aunque es cierto que debemos entender la siesta como solamente unos veinte a treinta minutos de sueño como máximo.
Beneficios físicos
La siesta casi siempre se realiza después de comer, por lo que durante tiempo se ha considerado como un error puesto que se creía que el metabolismo se ralentiza y los alimentos nos tienden a engordar mucho más. Esta creencia ha perdurado durante muchos años, pero lo que es cierto que el cuerpo después de la comida principal del día no se encuentra con las fuerzas suficientes para seguir adelante. Es necesario que reposemos durante unos minutos, y qué mejor manera de hacerlo que a través de la siesta.
Echar una cabezadita después de comer nos ayudará en primer lugar a aliviar tensiones físicas. A lo largo de la mañana no paramos de realizar diferentes actividades que nos dejan bastante cansados. Un descanso a la mitad de la jornada nos ayudará a reponernos y recobrar fuerzas para seguir adelante todo lo que nos resta de día. Una siesta nos hará tener más vitalidad y fuerza para poder afrontar nuevos retos.
Los beneficios que la siesta tiene a nivel cardiaco son sorprendentes, ya que ese pequeño tiempo dedicado a descansar nos ayudará a relajar nuestro corazón y hacer que esté más descansado. A la larga conseguiremos eliminar estrés cardiaco y conseguir un mejor funcionamiento del corazón. Descansar a la mitad del día nos ayudará a aliviar tensiones y encontrarnos más relajados a todos los niveles, lo que nos ayudará a evitar situaciones de estrés.
Beneficios psicológicos
A nivel psicológico la siesta tiene muchos beneficios, y es que es precisamente esa liberación de tensión y estrés lo que nos dará un estado de relajación total que se verá reflejado en nuestra manera de actuar, sobre todo a nivel mental. El cansancio corporal no solo es físico, sino que también es mental, por lo que es necesario que la mente desconecte y se relaje, y la siesta es una de las mejores maneras de conseguirlo.
Al descansar a mitad del día lograremos aumentar la respuesta mental de nuestro cuerpo a todos los niveles. Los reflejos se verán más agudizados y la capacidad de razonamiento y pensamiento también, consiguiendo que seamos más resueltos y veloces en nuestros razonamientos. Lo mismo sucederá con la capacidad de concentración, que nos hará estar más predispuestos a realizar actividades que requieran de todos los sentidos.
Por estos motivos y por ser una tradición que no debemos perder, la siesta debería convertirse en una práctica que todos nosotros realicemos habitualmente. Eso sí, nunca debemos sobrepasar la media hora, ya que el efecto será el contrario, pues nos dejará una sensación de malestar y de cansancio mayor de la que teníamos antes de echarnos a dormir.
Imagen | gabork
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