Ayuno intermitente: ángel o demonio. Un artículo publicado en 'El Mundo' ha causado un gran revuelo al exponer que el ayuno intermitente aumenta el 91% de enfermedad cardiovascular. El ayuno intermitente ha demostrado hasta ahora ser una excelente estrategia dietética para perder grasa y mejorar la salud en muchos ámbitos. ¿Por qué ese cambio radical de posición de la noche a la mañana? Vamos a detallar por qué hay que mirar todo el iceberg, no solamente la punta que asoma.
Los titulares (y el contenido) pueden ser muy ambiguos a veces
El periódico 'El Mundo' titulaba ayer uno de sus artículos de la siguiente forma: "El ayuno intermitente dispara un 91% el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular". Como era de esperar, algo tan extremo no ha dejado indiferente a nadie de los expertos en nutrición y salud.
El ayuno intermitente es una estrategia de nutrición en la que separamos dos ventanas de alimentación a lo largo del día o la semana. Una de las ventanas permite ingerir alimentos, la otra las restringe, pudiendo tomar agua, café o té (naturales sin azúcar) porque no aportan calorías.
El ayuno intermitente más común es el ayuno 16/8 en el que la ventana de restricción de alimentos es de 16 horas (no comemos) y la ventana de ingestión de alimentos es de ocho horas en las que sí comemos. Hay muchas otras formas que van desde 12/12 hasta 24/0, o incluso más de 24 horas sin comer.
El citado artículo de 'El Mundo' expone que las personas que limitan su alimentación a menos de 8 horas tienen un 91% más probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular en comparación con las que comen entre 12 y 16 horas al día.
También da otro porcentaje llamativo, extraído de una revisión preliminar que veremos a continuación: entre las personas con enfermedades cardiovasculares, una duración de la alimentación inferior a 10 horas al día se asoció con un 66% más de riesgo de muerte por enfermedad cardíaca o ictus.
Si nos quedamos con estos datos, como ocurre en muchos casos, concluiremos que todos los beneficios del ayuno intermitente que se han ido descubriendo no sirven para nada. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, así que vamos a ver por qué estas conclusiones son muy impactantes, pero poco más.
¿Por qué estos datos no son válidos ni fiables?
Artículo completo no publicado en revista, es un resumen
El artículo de 'El Mundo', y otros muchos usuarios, basan ese dato arrollador de 91% de aumento de riesgo de enfermedad cardiovascular al hacer ayuno en esta revisión preliminar. No se trata de un artículo publicado, sino de un resumen presentado sobre los últimos avances en ciencia en las Sesiones científicas de estilo de vida 2024 de American Heart Association celebrada de lunes a jueves, de 18 al 21 de marzo en el Hilton de Chicago.
Existen congresos de todo tipo donde se reúnen los científicos para exponer los nuevos avances en cada ámbito. En ellos se exponen posters y se citan datos de publicaciones que aún no han sido publicadas. Tendremos que esperar a ver el artículo completo para ver las limitaciones y la metodología completa del artículo, pudiendo así extraer verdaderas conclusiones.
Estudio de asociación (posible casualidad), no de causalidad
Uno de los tipos de estudios que podemos encontrarnos en la evidencia científica son los estudios observacionales. De ellos se pueden extraer asociaciones, pero dicha asociación no implica causalidad, es decir, no sabemos si "A" causa "B" o si es casualidad.
En el resumen del artículo científico se puede comprobar que habla de una asociación entre el ayuno y las enfermedades cardiovasculares. Eso no significa que el ayuno cause la enfermedad, sino que puede haber sido casualidad. Existen varios ejemplos de asociaciones que poco tienen que ver entre ellas, o se explican por otra variable:
- Los años que Nicolas Cage estrena más películas se ahoga más gente. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Nada.
- Cuantos más helados se venden, más ataques de tiburones hay. En este caso los helados no son los que causan el ataque del tiburón, pero sí podemos deducir que hace más calor y que la gente se baña más en el mar, lo que explica esa asociación.
No sabemos las características de las personas que hacen ayuno y que no lo hacen
Como hemos visto en el ejemplo anterior de la venta de helados y los tiburones, puede que las personas que hacen ayuno intermitente lo hagan por alguna afección médica que les lleve a eso. Puede que esa patología de base sea la que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad y no se puede contestar hasta ver el artículo completo.
Puede que las personas que hacen ayuno intermitente observadas sean personas con obesidad, diabetes u otra afección que hacen dicha estrategia dietética para perder peso o controlar mejor los picos de azúcar en sangre.
También puede ser que las personas que comen menos veces al día lo hagan por su situación económica, lo que perjudicaría también a sus niveles de salud por el estrés que eso conlleva. Puede también darse el extremo contrario, que las personas que limitan la ingesta de alimentos a pocas horas al día estén tan ajetreadas en el día a día que no tengan más tiempo para comer.
Cualquiera de esos casos explicaría ese valor elevadísimo del 91% mayor de riesgo de enfermedad. Una patología de base, los hábitos diarios, la economía, el estrés... sería lo que propicia la enfermedad cardiovascular y no el ayuno intermitente en sí.
Conclusión
El ayuno intermitente es una estrategia dietética más, como puede ser la restricción de calorías, la dieta cetogénica o cualquier opción que se te ocurra. El ayuno intermitente no es la panacea, pero tampoco multiplicará el riesgo de enfermedad cardiovascular, al menos la ciencia no lo mostrado a día de hoy.
Podemos realizar ayuno intermitente como método para perder grasa, pero también lo conseguiremos con una dieta normal. Podemos saltarnos el desayuno si no tenemos hambre al levantarnos, o podemos prepararnos un gran desayuno si nos apetece.
Podemos hacer seis comidas al día o hacer tres sin que al final del día tenga que haber diferencias entre una opción u otra. Lo que sí está claro es que el ayuno intermitente bien realizado no tiene que causar ningún tipo de enfermedad cardiovascular. Serán los alimentos que ingiramos en la ventana de alimentación y el estilo de vida el que determinen esa variable.
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