Muchas veces hemos dicho en Vitónica que un recurso válido para alejarse del cigarrillo es comenzar a movernos más o practicar una actividad deportiva, sin embargo, un reciente estudio realizado en embarazadas señaló que el ejercicio no incrementa las tasas de abandono del tabaco, por ello, hoy nos preguntamos: realizar ejercicio, ¿realmente ayuda a dejar de fumar?
Para responder al interrogante hemos realizado una breve revisión de la literatura científica disponible sobre el tema y hemos encontrado un metaanálisis en la cual sólo 1 de 15 estudios analizados muestra que el ejercicio ayuda a dejar fumar, pues el resto de las investigaciones al respecto son de escasa duración o de pequeño tamaño como para obtener conclusiones.
Por el contrario un estudio encontró que el entrenamiento de resistencia ayuda a dejar de fumar y favorece el control de peso y grasa corporal tras abandonar el tabaco. Sin embargo, se trató de una intervención que sólo involucro a 25 personas, por lo tanto, sus resultados tienen limitaciones.
Asimismo, un estudio de mayor tamaño no observó mayores diferencias en las tasas de abstinencia entre quienes realizaron ejercicio físico y los controles, pero sí se observaron menores síntomas depresivos e inferiores niveles de ansiedad, lo cual sin duda puede favorecer el abandono del cigarrillo.
Otra investigación que avala los beneficios del ejercicio para dejar de fumar, realizada con más de 300 mujeres, comprobó que aquellas que realizaban actividad física tenían menores tasas recaída que aquellas que no se ejercitaban y quienes recuperaban el hábito lo hacían de forma más gradual.
Por último, un estudio realizado con cerca de 300 hombres no mostró diferencias en el peso y grasa corporal, como así tampoco incrementó la abstinencia en el grupo que realizaba ejercicio físico respecto al grupo que no entrenaba, sin embargo, los primeros experimentaron menos estrés, ansiedad, irritabilidad, e inquietud en el primer mes de abandono del cigarrillo.
Conclusiones
Como hemos visto, la evidencia es aun contradictoria, pero el ejercicio físico ha demostrado diferentes aportes y beneficios a quienes intentan dejar de fumar, pues se han observado desde un mantenimiento de peso y grasa corporal, hasta menores tasas de recaída y menores síntomas psicológicos asociados a la abstinencia.
Por todo ello, de manera quizá no directa pero sí de forma indirecta, la práctica de ejercicio regular puede ser de gran ayuda para quienes intentan dejar de fumar sin que el proceso se vuelva tan complejo como en realidad lo es.
Bibliografía consultada | BMJ 2015;350:h2145; Cochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 1. Art. No.: CD002295.; Nicotine Tob Res (2011) 13 (8): 756-760.; Nicotine Tob Res (2014) 16 (8): 1094-1103.; Nicotine Tob Res (2014) doi: 10.1093/ntr/ntu284; Addiction, Volume 98, Issue 4, pages 523–532, April 2003
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