En la edad adulta la conservación de la actividad física es el resultado de la adecuada estimulación en las etapas anteriores de la vida, por eso, los adultos como padres y educadores debemos saber cuál es la mejor forma de estimular la actividad física en niños y adolescentes. Para ello, te mostramos algunas recomendaciones para lograrlo en función de la etapa biológica que se atraviesa.
Dado que según la edad del niño una actividad puede ser apta o no para realizar, es pertinente que sepamos cuándo es apropiado jugar, competir, o especializarse en un deporte para lograr la adherencia a la actividad física regular.
Como podemos ver, hasta los 3 años de edad es suficiente con estimular la marcha y el juego del pequeño, sin normas ni reglas específicas.
Posteriormente, entre los 3 y 6 años de edad, lo más adecuado es estimular, además del juego libre, el juego en grupo, para que al comenzar la edad escolar (6 a 12 años), se pueda jugar estableciendo reglas y trabajo cooperativo en la actividad.
En la adolescencia, la competencia es importante y es una etapa crucial porque es donde se adquiere la madurez motora, en la cual se debe aprovechar el momento para orientar y buscar el deporte de preferencia o acorde al talento de cada uno, logrando así la capacitación en técnicas, tácticas y estrategias.
Si logramos que en cada etapa se realiza alguna de las actividades recomendadas es muy probable que podamos mejorar la actividad física en niños y adolescentes y conservar la misma en la etapa adulta.
Como adultos lo mejor que podemos hacer por los niños es estimular el movimiento y el gusto por ser activo físicamente, por eso, contemplemos estas recomendaciones para incentivar en cada etapa una actividad oportuna.
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