La mayoría de las personas cuando salimos a cenar no nos preocupamos más que de elegir el restaurante que más nos guste, llegamos y mientras nos toman nota (que en ocasiones lo hacen poniéndonos previamente una cesta de pan o aperitivos) nos ponemos a picotear. Este ritual que puede parecer totalmente inofensivo, puede tener ciertas "pegas" en caso de que seamos diabéticos tipo II.
En caso de sufrir diabetes de tipo II, existen una serie de puntos que debemos vigilar para no llevarnos sustos más tarde y poder seguir disfrutando de salir a cenar con la familia o los amigos.
Algunos consejos para seguir disfrutando de comidas fuera de casa siendo diabético tipo II
En lo últimos años, el número de personas que ha sido diagnosticada de diabetes ha aumentado de forma alarmante, y al menos a corto plazo no parece que este dato vaya a remitir teniendo en cuenta cómo se ha multiplicado el número de personas con sobrepeso u obesidad en los últimos diez años en España. Por esto, es importante que empecemos a aprender qué podemos y qué no podemos (mejor dicho, debemos) comer si somos diabéticos de tipo II.
Además, la diabetes puede traer asociados otros problemas de salud (mayor riesgo cardiaco, niveles más altos de colesterol LDL, daño renal, problemas de visión...), por lo que debemos prestar especial atención a la misma.
Usa las redes sociales a tu favor
Con el auge hoy en día de las redes sociales en las que todo el mundo suele subir alguna foto de su plato, su menú o su postre cuando sale a cenar con los amigos, los compañeros de trabajo o con su pareja, podemos aprovechar toda esta información a nuestro favor con el fin de hacernos una idea acerca de la forma de cocinar los platos, el tamaño, la cantidad de salsa que sirven en los mismos, el tamaño y cantidad de los postres... Incluso para ver el aspecto que tienen los platos que posteriormente nos encontraremos cuando acudamos a cenar.
Además, es muy habitual ver hoy en día restaurantes con perfiles en las redes sociales en las que además de hacerse publicidad, ofrecen fotos de los platos a los clientes que opten por utilizar la tecnología para elegir su lugar de comida o cena. Y otro punto a favor del uso de la tecnología es que muchos restaurantes ofrecen ya una carta en sus páginas web en la que se puede consultar la información nutricional de sus platos.
Aprovecha los snacks para frenar el hambre
Tener una reserva en un restaurante no nos va a garantizar que nos sentemos a tiempo en nuestra mesa, por lo que puede que el hambre acabe haciendo aparición y nos terminemos pegando un atracón de comida que nos provoque una excesiva subida del nivel de glucosa.
Para evitar esto, podemos llevar un pequeño snack de frutos secos a mano mientras esperamos o pedir un refresco en la barra del restaurante mientras esperamos y aprovechar el pequeño snack que suelen poner en cada consumición para ir aplacando el hambre mientras esperamos nuestro turno para sentarnos a la mesa.
Presta atención a la forma de cocinar los platos
La etiqueta de gratinado, empanado o crujiente en un plato podría ser indicativo de que dicho plato es más rico en hidratos de carbono que aquellos que aparecen en el menú como a la parrilla o salteado (no debemos olvidar que el cuerpo metaboliza los hidratos de carbono en glucosa, y si tomamos una cantidad excesiva de estos, tendremos un exceso de glucosa).
Además, debemos observar en aquellos platos que vengan acompañados de guarniciones, el tamaño de las mismas, y si fuera posible podemos preguntarle al camarero si existe posibilidad de cambiar dicha guarnición por algo más sano (por ejemplo cambiar una ración de patatas fritas por una ensalada o verduras a la plancha podría ser una buena opción).
Ten mucho cuidado con los buffet libre
Si existe un sitio en el que no vamos a tener medida a la hora de comer, son los súper conocidos buffet libre. El peligro para un diabético aquí es mayúsculo si no nos orientamos bien y somos conscientes de la cantidad de comida que podemos comer.
El principal problema de estos restaurantes radica en que la gran mayoría de la comida presente es comida frita, empanada, pasta o con alto contenido de grasas, por lo que debemos vigilar muy bien las cantidades que nos servimos. Por otro lado, y como punto positivo, estos buffet cuentan también con una zona de comida al vapor y un buen surtido de verduras para elegir (las verduras las podemos hacer al vapor o wow o bien pedir que nos las hagan a la plancha).
Y si bien para el postre suele haber algo de fruta para elegir, la norma general es que los mismos consistan en porciones de tartas, helados, profiteroles y demás tipos de dulces.
Intenta aprenderte los índices glicémicos de los mejores alimentos
Una buena forma de controlar lo que comes y poder disfrutar de una comida fuera de casa es intentar aprenderte los índices glicémicos de los alimentos que mejor se adapten a nuestra situación:
- Verduras: algunas verduras como los espárragos, el brócoli, las espinacas o la coliflor poseen unos índices glicémicos bastante saludables para un diabético.
Mucho cuidado con los granos refinados: siempre que sea posible, procura seleccionar las opciones integrales de pan, arroz o pasta de trigo en lugar de las versiones refinadas, ya que éstas últimas poseen un índice glicémico más elevado y no nos vendrán bien.
Cuida la carne: la carne es una excelente fuente de proteína, pero debemos vigilar la forma de preparación y los acompañamientos. Si es posible, podemos pedir que la salsa nos la sirvan aparte (así controlaremos nosotros la cantidad que le ponemos) y preguntar si ese plato dispone de otras opciones de acompañamiento.
Informar al personal de nuestra condición
Del mismo modo que cada vez son más los restaurantes que informan de los productos alégrenos que contienen o pueden contener sus platos (más que nada porque la ley les obliga a ello), también nosotros podemos informar al camarero de nuestra condición de diabéticos de tipo II con el fin de encontrar la opción del menú o de la carta que mejor nos convenga.
Otra opción, siempre que nos den la posibilidad, sería comer sólo la mitad de nuestra ración y pedir que nos guarden la otra mitad para llevarla a casa. Normalmente no suelen poner muchos problemas a esto, pero siempre podemos encontrar algún restaurante que no admita esta opción.
Prestar atención a la cantidad de azúcar que consumimos
Especialmente si vamos a tomar refrescos o bebidas alcohólicas (recordar que el alcohol se metaboliza en el hígado como azúcar). Debemos tener muchísimo cuidado si pedimos un combinado, ya que mezclar una bebida alcohólica con un refresco va a aumentar exponencialmente la cantidad de azúcar que ingiera nuestro organismo.
Si nos decidimos por tomar más de un refresco, podemos optar por tomar un postre que sea fruta natural, por no tomar postre o, si queremos tomar postre, podemos optar por compartirlo.
Y si sois diabéticos tipo II...
Algo que no podéis olvidar si sois diabéticos tipo II es la inclusión de la actividad física en vuestra rutina diaria, ya que el deporte es un gran aliado en la lucha contra esta enfermedad. En el siguiente artículo de mi compañero David Díaz Gil, podéis ver cómo afecta el deporte a los picos de glucosa en sangre
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