Las sustancias que deben esquivar a toda costa las embarazadas para evitar un mayor riesgo de obesidad en los años siguientes al parto

El embarazo es una etapa muy sensible en la que no solamente está en juego la salud del feto, sino también de la madre

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El embarazo es un periodo sensible para la acumulación de grasa en el futuro debido a cambios metabólicos durante la gestación. La adaptación metabólica inadecuada puede conducir a un exceso de inflamación y exceso de resistencia a la insulina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones del embarazo que se asocian con la retención de peso posparto a largo plazo.

Esta etapa de unas 40 semanas es un momento clave para la salud futura del bebé y también para la de la mamá. Un nuevo estudio publicado en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism ha analizado cómo la exposición a ciertas sustancias químicas durante el embarazo puede aumentar el riesgo de obesidad a largo plazo.

Sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDC) durante el embarazo

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Las sustancias químicas disruptoras endocrinas (EDC) se encuentran en numerosos productos de consumo. Las más estudiadas y conocidas son las sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), presentes en envases de alimentos.

Además, las PFAS están presentes en lugares como el agua potable, alimentos en y el ambiente. Estas sustancias pueden acumularse en el cuerpo y algunas tardan muchos años en eliminarse. El gran problema de estas sustancias es que pueden alterar las vías metabólicas y hacer que el tejido adiposo sea más difícil de eliminar.

¿Dónde se encuentran las PFAS?

No debemos confundir PFAS con Biosfenol A, situación que suele ocurrir. El Biosfenol A es otra sustancia que se encuentra en botellas de agua de un solo uso, táperes de plástico y plástico en general. PFAS están por todos lados, así que nos volveríamos locos si tuviéramos que controlar todos ellos.

Este artículo de la revista Time hace un repaso de todos los lugares donde hay PFAS. Algunos de ellos los podemos controlar más, pero otros no tanto. Las PFAS están presentes en los envases de alimentos, desde los plásticos donde vienen hasta las típicas cajas de pizza. Algunos envases muy típicos con PFAS son los envoltorios de caramelos y las bolsas de palomitas de maíz para microondas.

También están presentes en productos para el cuidado corporal como el champú o productos de belleza como el esmalte de uñas o las máscaras de pestañas. Hasta aquí podemos tener algo más de control, pero se suman a la lista los protectores de colchón, los teléfonos móviles, las pinturas, el polvo doméstico, el tejido de la alfombra, la ropa e incluso el agua del grifo.

El estudio citado anteriormente comprobó el efecto de las PFAS durante el embarazo en la adiposidad materna. Los hallazgos fueron que había algunas sustancias PFAS que sí se asociaban a una mayor adiposidad de la madre en los años posteriores después de dar a luz, hasta 18 años después.

Reflexión final

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La buena noticia es que la ciencia ha comprobado que debemos evitar las PFAS durante toda la vida, pero especialmente en la etapa sensible del embarazo. La mala noticia es que estas sustancias químicas están por todas partes, así que podemos acotarlas en la medida de lo posible, pero es prácticamente imposible eliminarlas del todo.

Lo que está en nuestra mano es limitar los envoltorios de los alimentos y todo lo que contenga plástico. Lee las etiquetas de los productos de consumo y descarta los que contengan perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS). Hay zonas más contaminadas en las que la concentración de estas sustancias es mayor, así que lo ideal sería alejarnos de ellas, especialmente durante el embarazo.

En cualquier caso, reiteramos de nuevo que en la sociedad actual es prácticamente imposible reducir a cero el contacto con las sustancias tóxicas. La única forma de acercarse es viviendo en la montaña y subsistiendo con la comida que nos da el planeta, un estilo de vida alejado totalmente del actual. Por lo tanto, evita en la medida de lo posible de interactuar con PFAS, pero no te obsesiones porque hay medios como el aire o el agua que no puedes controlar.

Referencias

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Corrales, P., Vidal-Puig, A., & Medina-Gómez, G. (2021). Obesity and pregnancy, the perfect metabolic storm. European journal of clinical nutrition, 75(12), 1723–1734. https://doi.org/10.1038/s41430-021-00914-5

Jordan A Burdeau, Briana J K Stephenson, Jorge E Chavarro, Shruthi Mahalingaiah, Emma V Preston, Marie-France Hivert, Emily Oken, Antonia M Calafat, Sheryl L Rifas-Shiman, Ami R Zota, Tamarra James-Todd, Early Pregnancy Plasma Per- and Polyfluoroalkyl Substances (PFAS) and Maternal Midlife Adiposity, The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 2024;, dgae542, https://doi.org/10.1210/clinem/dgae542

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