Correr es una de las mejores formas de quemar calorías y acabar con el exceso de grasa en el organismo. De hecho es el ejercicio que cualquier especialista recomendaría a alguien que quiere perder peso de forma saludable, aunque es importante que lo hagamos de forma correcta para maximizar sus efectos.
El ejercicio aeróbico, y en concreto la carrera, es una de las menores formas de perder peso y ejercitar el sistema respiratorio y el cardiovascular. Con la práctica de este deporte conseguimos trabajar le resistencia y aumentarla a la vez que la transformación de las grasas en energía aumenta. Pero es importante que controlemos en todo momento la intensidad de la carrera para incidir más en el trabajo de la resistencia o en la quema de grasas.
La intensidad es fundamental cuando estamos corriendo, y es que es la que va a determinar los resultados que vamos a obtener. Antes de nada es importante que controlemos en todo momento nuestro máximo nivel de esfuerzo. A partir de aquí es sencillo controlar la intensidad del ejercicio para mejorar la resistencia o aumentar la quema de grasas al máximo.
Con la práctica de la carrera se queman calorías siempre y con ello acabamos perdiendo grasa, aunque tenemos que tener en cuenta que existen formas de optimizar este proceso al máximo. La mejor manera de acelerar la quema de grasas es realizando un ejercicio cuya intensidad no sea demasiado elevada ni en exceso baja. Lo ideal es realizar el ejercicio con una intensidad entorno al 65-75% de nuestra capacidad de aguante.
En esta fase el ejercicio que realizamos es lo suficientemente intenso para que necesitemos un aporte extra de energía que obtendremos con la quema de calorías provenientes de las reservas del organismo, y no será un ejercicio tan fuerte que acabe por extenuarnos, es lo que se llamaría vulgarmente andar deprisa o correr despacio, y es la forma más sencilla de optimizar la pérdida de peso con la carrera.
Si por el contrario lo que pretendemos es aumentar la resistencia, la mejor forma de incidir en esto es realizando un ejercicio de alta intensidad en el que nuestro sistema cardiovascular esté obligado a trabajar para aportar a todas las partes del cuerpo el oxígeno necesario para funcionar. La carrera en este caso la tenemos que realizar entorno al 80% de nuestra capacidad de aguante. Será un tipo de carrera rápida.
En ambos casos el desarrollo de la carrera será el mismo, lo único que varía es la intensidad. También en ambos estaremos trabajando la resistencia y quemando calorías, aunque de diferente manera. Eso sí, es recomendable que se alternen ambos tipo de carrera para contribuir a fortalecer ambos sistemas y conseguir una salud más fuerte y un cuerpo mejor.
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