Los cambios en los precios del aceite de oliva y de girasol han hecho en el último par de años que repensemos una y otra vez cuál utilizar para freír. Normalmente utilizamos para freír el aceite de girasol porque es más barato, dejando el aceite de oliva para aliñar las ensaladas, las tostadas o para aderezar diferentes platos. Boticaria García, divulgadora de amplio espectro como ella se define, es una de las mejores consejeras de nutrición que existen en internet, así que vamos a analizar cuál es su punto de vista sobre la duda de si es mejor freír con aceite de oliva o de girasol.
Aceite de girasol o aceite de oliva: ¿cuál elegir para freír?
Cuando freímos un alimento, el aceite tiene que elevarse a muy altas temperaturas. Este calentamiento hace que tanto el aceite de oliva como el aceite de girasol se oxiden y produzcan tóxicos para nuestras células como peróxidos, aldehídos y cetonas.
La diferencia es que esa oxidación se produce en mayor o menor medida en función del tipo de grasa de cada uno de los aceites. La mayor presencia de grasas monoinsaturadas en el aceite de oliva hacen que esa oxidación y liberación de tóxicos sea menor que las del aceite de girasol.
El aceite de girasol tiene una mayor proporción de grasas poliinsaturadas que son menos estables y resisten peor las altas temperaturas. El problema llega cuando la diferencia de precio no permite utilizar grandes cantidades de aceite de oliva para freír.
Sin embargo, al resistir mejor las altas temperaturas, el aceite de oliva puede utilizarse alguna vez más que el aceite de girasol, por lo que su precio relativo puede ser similar. En cualquier caso, haciendo caso a Boticaria García, el aceite de oliva es más saludable para freír, y por supuesto para aliñar cualquier plato, que será mejor un aceite de oliva virgen extra.
El aceite de oliva es más resistente cuando fríes y está muy caliente
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Imágenes | Boticaria García (Instagram)
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