La fruta es un alimento básico y totalmente saludable. Sin embargo, muchos mitos rodean a este grupo de alimentos haciéndonos creer que hay que tener cuidado con ingerirla en algunos momentos del día o que no es tan sana como creemos. Nada más lejos de la realidad, la fruta es un alimento que no puede faltar en nuestro día a día y, siempre que no desplacemos a otros alimentos sanos por un exceso de fruta, será bienvenida a la dieta. Boticaria García pone fin a los cuatro mitos más extendidos que rodean a la fruta en su libro "El jamón de York no existe: La guía para comprar saludable y descubrir los secretos del supermercado"
Los mitos sobre la fruta bajo la mirada de Boticaria García
La fruta engorda después de la comida
Poco a poco se fue gestando un mito sin fundamento alguno: comer fruta después de la comida engorda. Como ocurre con estas afirmaciones, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. La fruta tiene un número de calorías que no se modifica si la consumimos después de comer o en cualquier momento.
Algunos gurús explican que es mejor comerla antes del plato principal, pero eso no es más que una cuestión de sentido común: si comemos antes la fruta puede que estemos más saciados. Sin embargo, no tiene evidencia alguna ese extendido mito de evitar la fruta después de comer.
La fruta por la noche engorda
Lo que nos empeñamos en difamar los beneficios de la fruta mientras nos comemos un bollo industrial. Como explica Marián García, la fruta no tiene horario ni fecha en el calendario. De hecho, la fruta es una elección mucho más interesante para comer a media tarde o por la noche que otras menos saludables.
Cada alimento tiene unas calorías determinadas, no hay más. Este mito procede del hecho que nuestro cuerpo se vuelve menos sensible a la insulina conforme avanza el día, siendo más interesante (a nivel general) consumir el plato de arroz a mediodía que por la noche.
Sin embargo, este aspecto depende de situaciones como si hemos entrenado por la tarde-noche o no. Además, la fruta contiene niveles muy bajos de calorías e hidratos de carbono, por lo que no debemos dirigir la mirada hacia este grupo de alimentos y sí hacia las pizzas, los bocatas y los canelones ultraprocesados.
Fruta y personas diabéticas
Las personas diabéticas no regulan el azúcar en sangre como aquellas personas que no cursan dicha enfermedad. Eso hace que tengan que medir con cuidado los alimentos que disparan esos niveles de azúcar en sangre, pero la fruta no es uno de los grupos de alimentos que deben asustarnos.
Sí debe tenerse cuidado con los zumos de frutas porque tiene un comportamiento diferente. De hecho, la evidencia científica ha demostrado que la fruta ayuda a prevenir enfermedades como la diabetes tipo II, así que este apartado tampoco tiene mucho sentido.
Frutas ecológicas versus frutas comunes
Los alimentos ecológicos pueden ser seleccionados por diferentes factores, ya sea nuestra salud, la salud el planeta o la salud de animales y medios por los que se obtiene. Si nos centramos únicamente en la salud de quien ingiere la fruta ecológica, Boticaria detalla que no hay razón para pensar que lo ecológico es más sano.
Si bien es cierto que en los productos ecológicos se puede encontrar menor cantidad de pesticidas, estas cantidades en los alimentos convencionales son seguras. Las frutas ecológicas tampoco tienen mayor valor nutricional, ni tiene más vitaminas, ni es menos tóxica que una fruta convencional.
Otro asunto es si la forma ecológica de obtención de alimentos es más sostenible que la convencional, que por supuesto que sí. Por lo tanto, la elección de una fruta de cultivo ecológico o convencional depende de ti. A dicha fruta le afectará más otros asuntos como si la hemos sacado de nuestro huerto o la hemos comprado en el mercado del barrio, o si viene en camiones desde países a miles de kilómetros.
Imágenes | Boticaria García (Instagram), Chen Mizrach (Unsplash)
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