Existe un 'superalimento' que podemos ingerir sin cocinarlo, que tiene una cantidad enorme de proteínas, fibra, minerales y vitaminas, y que además apenas tiene calorías. Los altramuces son una de las legumbres que no pueden faltar en nuestro día a día, ya que además de todo lo anterior, son una fuente alternativa de proteína vegetal con la que añadir este macronutriente a nuestra dieta.
Nuestros ancestros eran muy sabios y comían altramuces
El altramuz es una leguminosa, como los garbanzos, las lentejas, los guisantes o las judías, entre otras. Este alimento lleva siendo consumido por los humanos desde las primeras civilizaciones por su carácter altamente nutritivo, económico y ecológico.
Debido a la mayor conciencia sobre la importancia de las legumbres en la dieta, así como una menor contaminación del planeta, los altramuces son uno de esos alimentos que no pueden faltarnos en la cocina. Además, podemos consumirlo rápidamente en eso momentos de hambre entre comidas, o añadirlo como acompañamiento o en las ensaladas.
Valor nutricional de los altramuces
Los altramuces son muy ricos en proteína y fibra, dos nutrientes indispensables para nuestra salud. Las proteínas pueden representar hasta el 40% del alimento, y la fibra hasta el 30%, dejando el contenido en carbohidratos en menos de un 10%.
Este alimento es muy denso porque aporta pocas calorías, pero muchos nutrientes. Son ricos en minerales como hierro, magnesio, zinc, calcio y potasio; contienen vitamina A, vitamina B y vitamina E; y el perfil de grasas se compone predominantemente de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, ácidos grasos omega 3, 6 y 9.
Estas características hacen que el altramuz sea una opción espectacular para añadir proteína y nutrientes a la dieta, siendo un alimento casi obligatorio para los veganos que pueden ver deficiencias en proteína al no consumir animales ni derivados de los mismos.
Beneficios del consumo de altramuces
El consumo de altramuces puede ayudar a regular la presión arterial, los lípidos en sangre, la sensibilidad a la insulina y el microbioma intestinal. Algunas revisiones de la literatura científica afirma que las personas que padecen problemas de salud como diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades cardiovasculares, hiperlipidemia y cáncer colorrectal pueden beneficiarse de la incorporación de esta leguminosa en la dieta.
Su alta densidad, apenas 104 calorías por cada 100 gramos, puede ayudarnos a perder grasa y a controlar la energía ingerida a lo largo del día. Ese descenso de grasa aumenta aún más los beneficios para la salud, ya que un exceso de grasa es uno de los peores enemigos que podemos tener.
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Imágenes | Carlos Lorenzo (Flickr), Jason Bruscoe (Unsplash)