Por lo general tendemos a simplificar las cosas y a pensar que son mucho más sencillas de lo que realmente son, y el ámbito de la nutrición no es una excepción.
Aunque consideramos que estamos bien informados y que nos alimentamos adecuadamente, lo cierto es que el 39.3% de la población española padece sobrepeso, mientras que el 21.6% padece obesidad.
La verdad es que seguimos creyendo mitos que ya deberían estar extinguidos dada la cantidad de veces que se han desmentido, y la realidad es que todas estas creencias obsoletas afectan negativamente a nuestra alimentación actual, dándonos como resultado esas tasas tan altas de sobrepeso y obesidad.
"Los carbohidratos por la noche engordan"
Este mito se ha repetido hasta la saciedad, pero una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad.
Los hidratos, al igual que cualquier otro macronutriente, solo harán que ganemos peso si al final del día nuestro balance calórico es positivo, o lo que es lo mismo; si estamos en superávit calórico.
Esto quiere decir que, poniendo un caso extremo, si una persona necesitase 2000 kilocalorías para mantener su peso actual y comiese 1900 únicamente en forma de carbohidratos, terminaría perdiendo peso.
Los hidratos de carbono no nos hacen engordar per se, y mucho menos a partir de una hora determinada. Solo si las calorías ingeridas superan a las calorías gastadas terminaremos ganando peso, y en función del tipo de macronutrientes que comamos y del deporte que practiquemos, este peso vendrá en forma de grasa o de masa muscular.
"Hay que hacer cinco comidas diarias"
Esta afirmación no se basa en ningún dato científico, pero sin embargo también se ha tomado como cierta por muchos durante años ya que ha sido defendida con el argumento de que hacer cinco comidas diarias ayuda a mantener la saciedad, cuando la realidad es justo la contraria.
Las comidas más grandes pero menos frecuentes tienen una capacidad mayor que las comidas pequeñas pero más frecuentes para mantenernos saciados. De hecho, la efectividad del ayuno intermitente como protocolo de pérdida de grasa reside en este aumento de la saciedad.
"El desayuno es la comida más importante del día"
Por lo general, todas las comidas tienen la misma importancia, así que darle una importancia mayor al desayuno no tiene sentido. En realidad esta creencia viene infundada por las empresas destinadas a la venta de productos ultraprocesados.
Estas empresas, que habitualmente comercializan productos como cereales azucarados patrocinan "casualmente" a muchas asociaciones responsables de mantenernos informados en materia de alimentación.
De nuevo, también es "casualidad" que el desayuno habitual recomendado sea una pieza de fruta, un lácteo, y... efectivamente, una buena ración de cereales azucarados para empezar el día con energía. ¿Te suena?
Si las empresas que se lucran con estos productos consiguen infundar a través de las asociaciones las creencias que ellos quieren, consiguen que la población esté desinformada y gaste su dinero en productos y hábitos insanos.
"Es recomendable tomar una copa de vino al día"
Seguir afirmando esto en 2020 tampoco tiene sentido alguno.
Aunque el consumo de vino ha demostrado ser un factor reductor de enfermedades cardiovasculares, el alcohol que posee también ha mostrado ser un factor de riesgo de muerte por todas las causas.
Los antioxidantes del vino a los que se ha atribuido este impacto beneficioso sobre la salud se encuentran en otros alimentos, como la uva, la soja, el cacahuete o el cacao, que además de no contener alcohol aportan más saciedad gracias a su estado sólido, lo cual, aunque no es algo que ocurra necesariamente, puede hacer que terminemos ingiriendo menos calorías al final del día.
"La proteína es mala para los riñones"
Si este mito fuese cierto nos habríamos extinguido hace muchos años.
La proteína es completamente necesaria para mantenernos vivos ya que cumple una gran cantidad de funciones (hormonales, estructurales, enzimáticas, transportadoras, inmunológicas...).
Tenemos estudios longitudinales relativamente largos que concluyen que en personas sanas incluso las dosis realmente altas de proteínas son incapaces de generar daños renales o hepáticos.
Donde sí que pueden suponer un riesgo es en personas con un daño renal preexistente. En personas que sufran ese tipo de patologías sí que conviene que la ingesta proteica sea algo más baja en comparación con sujetos sanos.
"Los suplementos nutricionales son malos"
Se suele tener una imagen muy mala de quienes consumen suplementos porque habitualmente se asocian con el uso de sustancias ilegales, como los esteroides anabólicos androgénicos, cuando no tienen nada que ver.
Los suplementos son productos completamente legales que aíslan ciertos componentes de los alimentos y se comercializan en forma de cápsulas, comprimidos y polvo porque facilitan su inclusión en la dieta.
Son sustancias inocuas y en muchos casos son realmente útiles, pero evidentemente una mala alimentación no puede volverse buena gracias al buen uso de la suplementación. Los suplementos son solo una ayuda.
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