La forma de tu cuerpo condiciona tu salud y tu rendimiento deportivo. Conoce los somatotipos

¿Nos influencia nuestro cuerpo y composición corporal a nuestra salud, nuestra forma física o nuestro rendimiento deportivo?

La ciencia parece indicar que sí.

Somatotipo: qué es, componentes y combinaciones

El somatotipo proporciona la descripción cuantitativa del físico humano, es decir, hace referencia de una forma fotográfica al perfil de la persona.

El método de somatotipo más utilizado fue presentado por Heath y Carter en 1990, el cual se expresa en tres componentes que definen empíricamente diferentes aspectos de la composición corporal: el grado de adiposidad, el desarrollo músculo-esquelético y la linealidad del cuerpo.

Entrando más en detalle, estos tres componentes son:

• Endomorfismo: representa la adiposidad relativa, hace referencia a formas corporales redondeadas.
• Mesomorfismo: representa la robustez o magnitud músculo-esquelética relativa.
• Ectomorfismo: representa la linealidad relativa o delgadez de un físico, haciendo referencia a formas corporales longilíneas.

Por tanto, endomorfia, mesomorfia y ectomorfia se corresponden con las tres capas primarias de células germinales que dan lugar a conjuntos específicos de tejidos que definen la composición corporal, siendo cada individuo una combinación única de todos los tres componentes anteriores en diferente proporción.

Clasificaciones según la predominancia de uno u otro somatotipo

Existen diferentes subcategorías de somatotipos según predomine uno u otro, siendo éstos los siguientes:

• Meso-Endomorfo: la endomorfia es dominante y la mesomorfia es mayor que la ectomorfia.
• Endo-Mesomorfo: la mesomorfia es dominante y la endomorfia es mayor que la ectomorfia.
• Ecto-Mesomorfo: la mesomorfia es dominante y la ectomorfia es mayor que la endomorfia.
• Meso-Ectomorfo: la ectomorfia es dominante y la mesomorfia es mayor que la endomorfia.
• Endo-Ectomorfo: la ectomorfia es dominante y la endomorfia es mayor que la mesomorfia.
• Ecto-Endomorfo: la endomorfia es dominante y la ectomorfia es mayor que la mesomorfia.

Conociendo esta información, vayamos a lo relevante. ¿Influencia el somatotipo en la condición física de una persona o a la hora de ser bueno en un deporte determinado?

El somatotipo influencia la condición física metabólica y la fuerza en niños prepuberales

Ya en 1998, hace casi 20 años, un estudio examinó la relación entre la constitución física y la condición física metabólica en una muestra de 413 niños y 343 niñas de entre 9 y 18 años de edad.

La constitución física se evaluó utilizando el somatotipo antropométrico Heath y Carter (comentado anteriormente), siendo los indicadores de condición física metabólica los niveles de triglicéridos en plasma, el colesterol HDL ("bueno"), el colesterol "LDL" ("malo") y los niveles de glucosa en sangre.

La muestra se dividió en tres grupos de edad, 9 a 12, 13 a 15 y 16 a 18 años de edad.

Pues bien, se comprobó que, tanto en niños como en niñas, existe correlación entre el físico (somatotipo) y las variables de la condición física metabólica.

Por grupo de edad, los chicos de 16 a 18 años y las chicas de 9 a 12, 13 a 15 y 16 a 18 años demostraban correlaciones significativas. En general, del 8% al 19% de la variación en la condición física metabólica se podía explicar por el somatotipo antropométrico de Heath y Carter.

La composición de las variantes era similar para todos los grupos de edad. Generalmente, el dominio físico se caracterizaba por una carga positiva para la ectomorfia y cargas negativas para la endomorfia y la mesomorfia.

El dominio de la condición física metabólica tenía una carga positiva para el colesterol HDL y cargas negativas para los triglicéridos en plasma, el colesterol LDL y los niveles de glucosa en sangre.

Los resultados sugerían que en los jóvenes de 9 a 18 años, un físico caracterizado por alta endomorfia y mesomorfia se asocia con niveles más altos de triglicéridos en plasma, colesterol LDL y niveles de glucosa en sangre, y niveles más bajos de colesterol HDL.

Dichos resultados resaltaban ya la importancia de la detección temprana de individuos en riesgo de enfermedades que se expresan en la edad adulta.

Dado que la asociación entre el físico y la condición física metabólica en niños y jóvenes de 9 a 18 años se parece a la de los adultos, quizás se debería poner más énfasis en identificar a los jóvenes que pueden estar predispuestos a desarrollar enfermedades de inicio en la edad adulta, de modo que los factores de riesgo modificables puedan ser cambiados a tiempo para prevenir posibles enfermedades.

En los niños, la fuerza también se ve influenciada por el somatotipo

Ya en el año 2011, el objetivo de un estudio fue analizar la interacción entre el somatotipo, la grasa corporal y la actividad física en 312 niños prepuberales (160 niñas y 152 niños) con edades comprendidas entre los 10 y los 11,5 años.

El somatotipo se calculó de acuerdo con el método de Heath y Carter, empleándose para la evaluación de la actividad física series de abdominales, flexiones, saltos, lanzamientos de balón medicinal, fuerza de agarre y subida de escaleras corriendo.

Se informó que había asociaciones negativas para la grasa corporal, la endomorfia y la mesomorfia con los abdominales, las flexiones y las pruebas de salto, y asociaciones positivas con los lanzamientos de balón medicinal, la fuerza de agarre y la prueba de subida de escaleras corriendo.

Es decir, las asociaciones para la ectomorfia fueron las contrarias a las de la endomorfia y la mesomorfia. Los niños no obesos presentaron valores más altos para los abdominales, las flexiones y los saltos. En el lanzamiento de balón medicinal, la fuerza de agarre y la prueba subida de escaleras corriendo, los niños obesos presentaron puntuaciones más altas, seguidos de los niños con sobrepeso.

Los niños meso-ectomorfos y las niñas ecto-mesomorfas obtuvieron mejores resultados en todas las pruebas, presentando la tipología morfológica (somatotipo) más interacciones con la fuerza que el porcentaje de grasa corporal y la actividad física.

Estos datos sugieren que la presencia o ausencia de ciertas características físicas es crucial en los niveles de provisión motora en niños prepuberales.

Es muy probable que exista una asociación entre el somatotipo dominante, la estructura corporal y la función durante el ejercicio

En el año 2000, un estudio examinó la hipótesis de que el somatotipo determina la estructura corporal y las respuestas funcionales en el ejercicio máximo, y para ello utilizaron 63 hombres de entre 18 y 40 años que vivían bajo condiciones controladas.

Aunque todos los grupos tenían la misma producción de potencia máxima, los ectomorfos tuvieron diferentes respuestas funcionales durante el ejercicio máximo. Los ectomorfos tuvieron la mayor relación de intercambio respiratorio, el mayor equivalente ventilatorio para el oxígeno y las mayores concentraciones plasmáticas de lactato en el ejercicio final, y el consumo más bajo de oxígeno máximo.

Los datos indicaban que los ectomorfos, en comparación con los endomorfos y los mesomorfos, tenían déficits en el peso libre de grasa y la masa de células corporales que están asociados con diferencias en la capacidad funcional, sugiriendo un metabolismo anaeróbico exagerado durante el ejercicio gradual y progresivo en los sujetos ectomorfos.

Las características del somatotipo también son diferentes en mujeres con diferentes subtipos metabólicos

La obesidad es un factor de riesgo bien conocido para el desarrollo de anomalías metabólicas. Sin embargo, algunas personas obesas son saludables y, por otro lado, algunas personas con peso normal tienen un perfil metabólico adverso, por lo tanto, se puede suponer que existe una diferencia en las características físicas entre estas personas.

Partiendo de esto, el objetivo de un estudio reciente del año 2016 fue establecer si existen diferencias de somatotipo entre las mujeres metabólicamente sanas y metabólicamente obesas que son obesas o de peso normal.

El estudio incluyó 230 mujeres entre 33 y 55 años, obteniéndose el somatotipo de nuevo por el método de Heath y Carter.

Pues bien, se observaron diferencias significativas en el somatotipo en el grupo de mujeres con peso normal: las mujeres metabólicamente sanas tenían valores más bajos de endomorfia y mesomorfia y más altos de ectomorfia en comparación con las mujeres con peso normal metabólicamente obesas.

A su vez, las mujeres obesas metabólicamente sanas tenían valores más bajos de endomorfia y mesomorfia y valores más altos de ectomorfia en comparación con las mujeres obesas "en riesgo".

Por tanto, se mostró la ectomorfia como un determinante importante para un perfil metabólico favorable, concluyéndose que, además de la masa grasa, el perfil metabólico podría predecirse por la estructura de la masa corporal magra y, en particular, por la linealidad corporal.

Por supuesto, el somatotipo influencia el entrenamiento y el rendimiento deportivo

Sí, muchos deportes tienen un somatotipo o una combinación de somatotipo dominante.

Por ejemplo, todos los resultados de diferentes investigaciones indican en su mayoría que un perfil ectomórfo es el ideal en niñas de gimnasia rítmica, cuyos cuerpos están caracterizados por miembros largos y delgados, con pequeñas circunferencias de músculos y huesos delgados y livianos, hechos para movimientos sutiles y elegantes.

Otro ejemplo (y hay muchos más) informado recientemente en un estudio ha sido en competidores de Ironman (la prueba de triatlón más exigente), evaluándose 187 sujetos (165 hombres y 22 mujeres).

Los autores han concluido que el somatotipo es un fuerte predictor del rendimiento en esta prueba, siendo el componente de endomorfia el predictor más sustancial.

Las reducciones en la endomorfia, así como un mayor valor de ectomorfia, conducen a una mejora significativa y sustancial en el rendimiento del Ironman (28 a 30 minutos).

En las mujeres no se encontró relación entre el somatotipo, el entrenamiento y el rendimiento (hay que considerar que la muestra era mucho menor: 22).

Sin embargo, el somatotipo de un atleta masculino define una variación del 28,6% en el rendimiento del Ironman, pudiendo los atletas mejorar su rendimiento al alterar su somatotipo.

Las tasas más bajas en endomorfia, así como las tasas más altas en ectomorfia, dieron como resultado un rendimiento de carrera significativamente mejor. El impacto del somatotipo fue el más destacado en la disciplina de carrera y tuvo un impacto mucho mayor en el tiempo de carrera total que el esfuerzo cuantitativo de entrenamiento.

Por tanto, sí, el somatotipo puede influenciar nuestra condición física metabólica, nuestra función en el ejercicio y nuestro rendimiento en diferentes deportes, pareciendo ser el somatotipo ectomórfico el más ideal.

Actividad física y alimentación adecuadas es lo más importante, cualquiera que sea el somatotipo

Entonces, ¿si tengo más tendencia a la endomorfia ya no puedo estar sano? Tonterías, el estilo de vida será lo vital y, sin duda, una persona con más tendencia a la endomorfia (por ejemplo) con buena condición física y buenos hábitos de alimentación estará más sana y su calidad de vida será infinitamente mayor que la de una persona ectomorfa que no se mueve y come mal. De eso no hay duda.

Pongámonos en situación, la idea del artículo simplemente era dar a conocer que el somatotipo de por sí (sin tener en cuenta otros aspectos) puede influir en diferentes parámetros.

Actividad física adecuada y de forma regular + hábitos de alimentación adecuados y de forma regular (y menos estrés) es la fórmula adecuada, sea cual sea el somatotipo.

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