Todos hemos pecado de novatos alguna vez, porque para todo, también para las carreras, hay una primera vez. Ese primer día que te plantas en la línea de salida de la San Silvestre, del 10 K que organiza tu barrio o de una carrera benéfica es una ocasión muy especial que recordarás durante toda tu trayectoria como runner: pero no dejes que los nervios te jueguen una mala pasada cometiendo alguno de estos errores frecuentes.
Estrenar ropa o zapatillas: nunca, nunca, nunca estrenes nada el día de una carrera. No estrenes ropa, porque no sabes si las costuras de esa camiseta nueva te van a terminar por hacer rozaduras en la piel o si la cinturilla de ese pantalón te va a estar molestando todo el camino. Y, sobre todo, no estrenes zapatillas: utiliza un par con el que hayas estado entrenando, por lo menos, unas cuantas semanas para evitar heridas, ampollas o molestias.
Venirte arriba en los primeros kilómetros: estás en la línea de salida, rodeado de gente y tienes la adrenalina a tope. Seguramente haya música, speaker, compañeros animando... Todo te empuja a salir corriendo desbocado y poniendo toda tu energía, aunque seguramente esto no sea la mejor opción. Durante los primeros kilómetros estás lleno de energía y enseguida te vienes arriba, pero este subidón del inicio puedes pagarlo más adelante. Lo mejor es siempre dosificar el esfuerzo: intenta no calentarte en el inicio de la carrera y guarda fuerzas para el final.
No conocer la altimetría y el recorrido de la carrera en la que vas a participar: es necesario conocer el recorrido y, sobre todo, la altimetría de la carrera para poder dosificarte y planificar tu esfuerzo. Plantarte en una carrera de 10 kilómetros sin saber que hay una buena cuesta arriba en el kilómetro 9 puede dar al traste con toda tu preparación. Localiza dónde están las cuestas arriba para guardar energía, dónde están las cuestas abajo donde podrás soltar piernas o dónde hay rectas llanas que requieren más fuerza mental y organiza tu plan de carrera en base a esto.
Cambiar tu rutina de alimentación: el día de la carrera está para disfrutar de lo que has entrenado, no para hacer experimentos. No intentes cosas nuevas, sobre todo en lo relacionado con la alimentación: no es el momento de probar geles energéticos nuevos (que no sabes cómo te van a sentar al estómago), ni de desayunar esa nueva barrita que te han regalado y que no has probado antes. Repite lo que te haya funcionado bien en los entrenamientos y, por supuesto, ensaya esta rutina antes de ponerla en práctica.
Seguirle el ritmo a tu amigo (si no habéis negociado antes): correr con un amigo siempre es mejor, pero tenéis que tener claro de antemano qué es lo que vais a hacer durante la carrera. Hay que saber qué ritmo vais a llevar, si vais a buscar marca, si vais a comenzar tranquilos y a esprintar al final, desde qué kilómetro aceleraréis... Recuerda que, en cualquier caso, tú debes hacer tu carrera: eres quien mejor te conoce y el único que sabe cuáles son tus sensaciones al correr. Habla con tu compañero antes del "día D" para dejarlo todo bien atado.
Imagen | Saucony
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