Correr una maratón es una de las pruebas más duras (con permiso de las carreras de ultradistancia) a las que puede hacer frente un corredor. Aunque lo más duro no es correr el "día D" ni hacer ese esfuerzo que llevas esperando tanto tiempo: lo más duro es mantenerte firme realizando cada uno de los entrenamientos durante los meses previos a la carrera.
Cada maratón exige un mínimo de 12 semanas de preparación específica: tres meses en los que se cuidan la calidad de los entrenamientos y de la nutrición al máximo, en los que se realiza una carga bastante grande de kilómetros y en los que nos preparamos física y mentalmente para la carrera.
Al margen de algunos fenómenos como Ricardo Abad, prácticamente súper hombres, que son capaces de correr 500 maratones en 500 días o 100 ironman en un año, la mayoría de corredores se decanta por hacer una o dos maratones por temporada. ¿Es buena idea pasar de este número?
Evidentemente, cada cuerpo es distinto y no es posible dar una respuesta tajante en este asunto: quizás una persona con una muy buena genética, que ha entrenado durante mucho tiempo y que es capaz de gestionar el esfuerzo de forma óptima dos maratones al año se le quedan cortos. Pero hablamos del común de los mortales: de los que sufrimos al menos un poco con cada preparación.
No solo debemos tener en cuenta esos tres meses de entrenamiento específico para la prueba, sino que no podemos perder de vista el tiempo que nuestro cuerpo tarda en recuperarse después de una maratón. Generalmente se suele pautar un mes de recuperación (que no tiene por qué significar un descanso total, pudiendo incluir otras actividades deportivas o también carrera suave) en el que tanto el cuerpo como la mente puedan recuperarse del esfuerzo realizado.
Cada ciclo de enternamiento y descanso para la maratón suele durar cuatro meses, pero quizás necesitamos algo más de tiempo para evaluar nuestro estado físico y mental de cara a la próxima carrera
Esto nos daría un total de cuatro meses por maratón, incluyendo la preparación específica y el descanso post-carrera. Echando cuentas, podríamos correr unas tres maratones al año. Sin embargo, comenzar un nuevo ciclo de entrenamiento intenso solo un mes después de haber terminado una maratón puede pasarnos factura en forma de desgaste tanto mental como físico: estrés mental, una mayor facilidad para lesionarnos, una posible sobrecarga muscular...
La mayoría de los expertos recomiendan tomarse un tiempo después del período de descanso post-maratón para evaluar cómo ha respondido nuestro cuerpo ante el esfuerzo y cómo nos hemos sentido durante esos meses de entrenamiento: quizás debido a eso la mayoría de los corredores suelen optar por correr dos maratones al año, una en la temporada de primavera y otra en el otoño/invierno.
Es normal que en el momento en que terminamos una maratón nos veamos fuertes y en plena forma para apuntarnos a la siguiente y comenzar a entrenar prácticamente de forma inmediata. Sin embargo, respetar los tiempos de descanso nos dará mejores resultados a largo plazo.
Personalmente, este año tengo programadas la maratón de Madrid en la temporada de primavera (que será mi primera maratón) y la de Florencia para invierno, el próximo noviembre. Creo que están lo suficientemente espaciadas como para poder recuperar bien entre ellas y para poder entrenar para darlo todo en ambas. De momento, con dos al año y unas cuantas medias tengo más que suficiente: más tarde, el tiempo dirá.
¿Cuántas maratones corréis al año vosotros?
Imagen | Saucony
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