Correr es una de las actividades que más se utiliza para adelgazar, sobre todo ahora con el buen tiempo. Sin embargo, hay algunos errores que debemos evitar para adelgazar corriendo. No todo vale a la hora de salir a correr, conviene tener algunas cosas en cuenta y evitar estos errores:
Cuidado con el exceso de kilómetros: es lógico pensar que cuantos más kilómetros corramos, más adelgazaremos. Pero si no estamos acostumbrados a correr, hacerlo más de 20 minutos va a ser demasiado. Ve poco a poco, aumentando 2-3 minutos al día o alterando correr y caminata.Si tienes tiempo y quiere hacer más kilómetros, haz unos pocos por la mañana y otros por la tarde, no todos de golpe
No te pases con el ritmo: antes hemos hablado de no pasarnos con la cantidad, ahora hablamos de no pasarnos con la calidad o la intensidad. Aunque al principio el cuerpo nos va a pedir correr rápido, hay que intentar llevar un ritmo cómodo hasta que alcancemos cierta forma física (2-3 meses). Después, si podemos empezar a jugar con los ritmos haciendo fartlek o series, que van a ser los auténticos quemagrasas.
Sudar más no adelgaza: no hace falta que te vayas a las 5 de la tarde a correr para sudar con la intención de adelgazar más. Como ya hemos visto en algún artículo, sudar no es adelgazar. Sudar es simplemente perder líquido que luego repondremos. El exceso de calor solo hará que nos cansemos antes.
El descanso también es necesario: no corras todos los días, tu cuerpo va a necesitar descansar si no está acostumbrado a esta actividad. Pero si no puedes evitar salir a diario, haz menos tiempo pero más intenso. Lo importante es ir poco a poco hasta que llegue el punto en que podamos correr 30-40 minutos diario, ahí si notaremos como correr es una actividad eficaz para adelgazar, sobre todo cuando corremos a un ritmo vivo.
Evita el asfalto: suele ser la superficie que más a mano tenemos, pero también la que más lesiones nos puede acarrear. Si puedes, alterna con carrera por caminos o césped, que son superficies menos lesivas y por las que podrás correr de forma más cómoda.
Después de correr, bebe agua: con la excusa de hacer deporte, al llegar a casa podemos caer en la tentación de beber zumo o bebida isotónica. En cierto modo este tipo de bebidas son agua con azúcar, así que puede que las calorías que hemos quemado corriendo las recuperemos en unos minutos bebiendo este tipo de líquido. Dejemos las bebidas isotónicas para los que entrenan a más intensidad y nosotros ciñámonos al agua.
No te saltes el calentamiento: me refiero a salir de casa y ponerte a correr a tope como si no hubiera mañana. No es necesario dedicar mucho tiempo a calentar o hacer siquiera estiramientos, pero es conveniente empezar andando a ritmo normal, luego andando rápido, después trote suave y por último trote más vivo. Un buen calentamiento puede ayudarte a retrasar la fatiga y por tanto correr más y mejor.
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