La dieta mediterránea es una de las más admiradas en cuanto a forma de nutrición saludable se refiere y como ayuda para la pérdida de peso. Se trata de una de las dietas que nos ayuda a adelgazar de manera saludable, con evidencias científicas, y consenso entre los expertos.
Pero no solo eso, sino que esta dieta - tan clásica en nuestro país - puede ser parte de la clave para ayudarnos a envejecer de manera más saludable. Al menos eso es lo que señala una investigación publicada recientemente en BMJ Journals.
Los datos encontrados por estos investigadores señalan que alimentarnos durante un año siguiendo la dieta mediterránea estimula la aparición de bacterias en el intestino ligadas a un envejecimiento saludable al mismo tiempo que se reducirían las que están asociadas con inflamación poco saludable que afectaría, especialmente, a personas mayores. Entre otras cosas, parece beneficiar a la función cerebral, ayudando a cuidar la memoria, a la velocidad caminando o la fuerza de agarre en las manos.
En cualquier caso, algo que ocurre habitualmente con la dieta mediterránea es que consideramos que, por residir en España y ser un país en el que tradicionalmente se ha seguido este tipo de dieta, todo lo que comemos es dieta mediterránea. Sin embargo, nuestra alimentación se ha occidentalizado de manera importante y hoy en día podemos encontrar en nuestra dieta diaria alimentos que no forman parte de esta dieta y pueden estropear sus beneficios. Por ello es importante que sepamos cómo seguir esta dieta adecuadamente.
Claves para seguir la dieta mediterránea adecuadamente y obtener todos sus beneficios
Aumentar el consumo de vegetales y grasas moniinsaturadas
La dieta mediterránea original se basaba en alimentarse a base de los cultivos que se hacían grasas en la zona. Esto incluía, principalmente, vegetales y alimentos que aportaran grasas monoinsaturadas saludables. Por ello, si queremos seguir la dieta mediterránea adecuadamente y obtener todos sus beneficios, es importante que basemos nuestra alimentación en verduras, hortalizas y frutas de temporada. Además de en alimentos con grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, las aceitunas, frutos secos etc.
Reducir el consumo de carnes
Además de esto, la dieta mediterránea se caracteriza por un menor consumo de carnes, especialmente carnes rojas. De igual manera, lo ideal en esta dieta es consumir de manera moderada pescado, lácteos, huevos y carne proveniente de las aves como el pollo o el pavo.
Para beber: agua
Aunque algunas personas indican que el consumo moderado y esporádico de vino en la dieta mediterránea es habitual, la realidad es que la bebida más importante es el agua. Si queremos seguir de manera correcta esta dieta, el agua será nuestra bebida de elección en todo momento. Es importante mantener una buena hidratación.
Mantener un estilo de vida activo
Más allá de los alimentos que consumamos, nuestro estilo de vida también será clave. La dieta mediterránea proviene de un momento en el que todo el mundo era muy activo, ya que todos los trabajos requerían esfuerzo físico. Por ello, para beneficiarnos de esta dieta, será importante que nos movamos más, hagamos ejercicio físico y seamos activos.
Evitar alimentos ultraprocesados, comida rápida y bollería
Aunque, con el tiempo, se han instalado en nuestras vidas, la realidad es que los alimentos ultraprocesados no eran parte original de la dieta mediterránea. Una de las claves será alejarlos de nuestra vida y evitar también cereales refinados -cambiándolos por los enteros e integrales -, así como bollería industrial, snacks comerciales, etc.
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