Uno de los principales enemigos de las dietas de adelgazamiento es el alcohol. Muchas personas dejan de comer por beber más y así mantener la línea. Esto es un error con mayúsculas, ya que los daños que nos va a causar este abuso de alcohol son mayores que los beneficios. Es importante que sepamos la incidencia que el consumo de alcohol tiene sobre nuestro organismo, ya que es uno de los principales enemigos del control de nuestro peso.
El alcohol es asimilado por el hígado en el organismo. Cuando este proceso tiene lugar, nuestro organismo libera una sustancia llamada acetato que es quemada por las células para transformarla en energía. Este proceso dura varias horas, periodo en el que el organismo no echa mano de las reservas de grasa de las que dispone, con lo que no quemaremos nada de lo que ya tenemos acumulado en el organismo, que normalmente es la grasa.
Esto hace que el organismo funcione con esta sustancia en detrimento del proceso habitual de quema de gasas, que puede verse disminuido y atrofiado evitando que su funcionamiento sea el correcto y ayudándonos a cumular más grasa en determinadas zonas del cuerpo. Además, el abuso del alcohol no solamente incide directamente sobre nuestro peso, sino que también es uno de los principales enemigos del hígado, pues requiere de una actividad excesiva de este para su asimilación.
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