La Navidad ha llegado a su fin dejando un nuevo año y muchas promesas que cumplir. Pero antes hay que deshacerse del producto de tanto exceso: grasas de más, restos de alcohol, azúcar, toxinas... ¿Qué mejor que una dieta detox para comenzar bien el año? En realidad, existen cientos de opciones más saludables.
Las dietas detox no son lo que parecen ni tampoco sirven para lo que prometen. Hoy os explicamos qué son, qué no son y por qué huir de ellas si queremos empezar mejor en 2019. Spoiler alert: el truco está en adquirir hábitos saludables.
¿Qué es una dieta detox?
La palabra detox viene de detoxificación, es decir, eliminar toxinas. En el acervo cultural, las toxinas son esas sustancias "malas" producidas por los excesos, la mala alimentación y los productos peligrosos para la salud. Esta interpretación no es correcta, como veremos más adelante.
Sin embargo, las dietas o planes detox consisten en cambios alimenticios puntuales, que pueden durar de varios días a semanas, y que suelen estar relacionados con zumos y batidos especiales. Estos batidos están confeccionados con frutas y verduras normalmente, restringiendo la cantidad de grasas y eliminando los azúcares.
Las bebidas "detox" contienen sustancias que consideramos beneficiosas: antioxidantes, fibras vegetales, agua y nutrientes. A estos batidos se les atribuyen todo tipo de bondades fisiológicas para la salud, aunque se suelen englobar en una frase simplista: "Sirven para limpiar tu organismo". ¿En qué se basan para afirmar tal cosa?
En realidad, en poco o nada. La evidencia científica no avala los supuestos beneficios de este tipo de batidos, planes o dietas detox, aunque para ser rigurosos hay que evaluar cada producto concreto. Aun así, los análisis realizados muestran que hay pocos estudios y pocas pruebas que demuestren las grandes afirmaciones realizadas por los defensores del mundo detox. Por otro lado, sí que hay varias evidencias que nos alertan sobre ellas. ¿Por qué deberíamos tener cuidado?
Por qué no necesitas "eliminar toxinas"
La palabra toxina proviene de toxikon, que en griego significa "flecha", que se transformó en toxicum en latín, haciendo referencia a su potencial dañino. Se denominan toxinas a las sustancias de origen biológico producidas de manera artificial cuya finalidad es dañar un organismo. Por ejemplo, podemos llamar toxinas a la ponzoña o al veneno que producen ciertos animales o las sustancias de ciertas bacterias.
Pero no podemos llamar toxinas, por mucho que nos empeñemos, a las sustancias de desecho producidas por nuestro propio cuerpo. Estas sustancias se producen como consecuencia de la digestión y el metabolismo y, sin duda, pueden ser peligrosas para el cuerpo, pero no son toxinas.
Y esto es más importante que una sencilla cuestión de semántica, porque lo único que necesitas para eliminar las sustancias de desecho perniciosas es tu sistema excretor, con la inestimable colaboración de tu hígado y tu sistema digestivo. No necesitas ningún alimento especial para eliminar sustancias "tóxicas" porque tenemos un hermoso sistema homeostático encargado de ello.
Y si este no es capaz de procesar las sustancias peligrosas, tenemos un problema porque, o bien no funciona adecuadamente o bien estamos ante una toxina real (como el veneno de una serpiente o un agente químico peligroso) en cuyo caso necesitaremos asistencia médica y no un batido de verduras.
Las dietas detox pueden ser un peligro para nuestro organismo
¿Qué razón puede existir para hacer una dieta detox? Eliminar las toxinas y perder peso podría ser lo primero que nos venga a la mente, dos acciones para mejorar nuestra salud. ¿Y qué pasa si en vez de mejorar, empeoramos? Las dietas detox se caracterizan por un carácter restrictivo, en el que se limita la ingesta de alimentos.
Esto es malo para el organismo porque lo somete a estrés. Restringir la ingesta de alimentos y llevar adelante comportamientos de privación, similares a los que ocurren en las dietas milagro, elevan considerablemente los niveles de cortisol en el organismo, una señal hormonal del nivel de estrés.
Bajo estas circunstancias, pueden promover la rápida ganancia de peso, algo que también resulta peligroso. La adaptación metabólica ante esta situación restrictiva, a medio plazo, puede ser perniciosa, haciendo que el cuerpo segregue hormonas como la grelina, que señalizan el hambre y el apetito.
En definitiva, una dieta detox es una dieta estricta, que roza o imita los hábitos dieta milagro, promoviendo la disociación alimentaria y hábitos contrarios a una alimentación equilibrada y saludable. No promueven la adherencia alimentaria ni los cambios a largo plazo, sino una acción rápida para "mejorar la salud", algo que sabemos que puede resultar peligroso.
Las dietas detox son ineficaces
Además de tener un potencial pernicioso, como decíamos antes, no existen evidencias de que cumplan lo que dicen. En primer lugar, las dietas detox aseguran ser capaces de limpiar tu organismo. Sin embargo, como comentábamos existen muy pocos estudios que demuestren que cumplen con lo que prometen.
De hecho, la gran mayoría de ellos están realizados en animales y no hay estudios clínicos que evidencien que funcionan en seres humanos. Así que lo más que podemos decir de estos planes detox es que tienen ciertos mecanismos fisiológicos dudosos en animales que podrían interpretarse como beneficiosos bajo ciertas circunstancias.
Como podemos imaginar, esto es un tiro muy largo y no es lo mismo que decir que algo es beneficioso. En el mejor de los casos podemos decir que las dietas detox no hacen nada, aunque como hemos visto, promueven comportamientos que pueden resultar perniciosos para la salud de las personas.
¿Qué podemos hacer para volver a perder los kilos de la Navidad?
Si de verdad queremos combatir las odiosas consecuencias de las navidades pasadas, lo mejor es apretar los dientes y prepararnos para ajustarnos a una dieta saludable apoyada por la actividad física. En primer lugar, debemos adoptar una dieta que podamos seguir para evitar el efecto rebote o la interrupción de la misma al poco tiempo.
Dicha dieta, además, debe ser equilibrada, o, mejor aún, una dieta saludable, que no tienen por qué ser lo mismo. No es bueno obsesionarse con la comida, sino que debemos aprender a comer y seleccionar nuestra dieta en un sentido mucho más saludable pero de forma coherente, para no perder los hábitos a largo plazo.
También es conveniente hacer deporte y reducir la vida sedentaria al mínimo indispensable. Con la actividad física mejora muchísimo la calidad de vida de las personas. Aquí, como en la dieta, debemos elegir sabiamente qué ejercicio practicar y qué objetivos marcarnos para mantenernos siempre activos y no abandonar a la primera de cambio.
En definitiva, lo mejor que podemos hacer ahora que ha entrado este año nuevo es cambiar nuestros hábitos. Esto dará mucho mejor resultado que cualquier dieta detox a la que nos "abandonemos", y estos, si los manejamos sabiamente, nos ayudarán a mantenernos saludables durante toda la vida y sin productos mágicos y caros de por medio.
Imagen | Pexels y iStock
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