Una de las cosas que más nos cuestan a muchos de nosotros - y de nosotras especialmente - es conseguir estar a gusto con nuestro cuerpo y vernos bien. Acudir al gimnasio y hacer deporte nos ayuda en esa tarea, no solo por las hormonas que liberamos al hacer ejercicio o por los cambios que podemos observar en nuestro cuerpo, sino también por la exposición a los espejos. El simple hecho de exponernos de manera repetida a la imagen de nuestro cuerpo puede hacer que mejore nuestro autoconcepto según algunas investigaciones.
Nuevas investigaciones sugieren, además, que acudir al gimnasio puede influir todavía más en nuestro autoconcepto si contamos con un entrenador que nos motive. Según estas investigaciones, hacer ejercicio físico ayuda a las mujeres a mejorar su humor y su satisfacción corporal. Además, estas mejoras son aún más importantes si su instructor o entrenador hace comentarios motivacionales que se centren en la salud y la fuerza en vez de en otras cosas como las pérdida de peso o el cambiar la apariencia de nuestro cuerpo.
Para llevar a cabo esta investigación contaron con 203 mujeres en edad universitaria. Estas participantes fueron asignadas de manera aleatoria a dos grupos de entrenamiento distintos. En uno de ellos la persona instructora realizaba comentarios motivacionales relacionados con la fuerza o la salud como "mira qué fuerte te estás poniendo" "este músculo que estás entrenando te ayudará a correr mejor". En el otro grupo el instructor realizaba comentarios centrados en la apariencia física como "¡acaba con esa celulitis!" o "gracias a este ejercicio tus muslos dejarán de chocar".
Por lo demás, las dos clases eran iguales: 16 minutos de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento, los mismos ejercicios, la misma clase e incluso la misma música. Lo que encontraron fue que todas las mujeres mejoraron sus niveles de satisfacción corporal. Sin embargo, aquellas que habían escuchado comentarios motivadores relacionados con la fuerza y la salud sufrieron una mejora mucho más significativa además de emociones más positivas.
Además, a las participantes se les solicitaba que tras cada clase escribieran cómo se sentían. Aquellas que habían escuchado comentarios sobre la apariencia física o el peso escribían más a menudo comentarios como "avergonzada" o "disgustada conmigo misma". Sin embargo, las del otro grupo tendían a escribir "fuerte" o "realizada".
Los resultados de esta investigación sugieren que el tipo de ejercicio físico no es lo único importante de una sesión de entrenamiento - especialmente cuando el fin es ayudar a sentir mejor a la persona que entrena -. Además, si queremos que las personas se sientan cómodas con el entrenamiento y se comprometan a largo plazo con el ejercicio debemos saber cómo motivarlos. Saber que los comentarios relacionados con la fuerza y la salud funcionan mejor que los de otro tipo puede ayudarnos a nosotros a elegir entrenador y a los entrenadores a saber cómo tratar a sus clientes.
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