El Yoga es una de las actividades más demandadas en la actualidad, tanto en gimnasios como en estudios: a través del trabajo con nuestro propio peso corporal podemos entrenar todos nuestros grandes grupos musculares pasando por las distintas asanas o posturas que provienen del Yoga clásico.
Hoy nos centraremos en el trabajo de nuestras piernas con la ayuda de Susana Pascual, profesora de Hatha Yoga, que nos enseñará cinco asanas o posturas diferentes que podemos realizar de forma individual o bien unidas en una sola secuencia. ¡Dentro vídeo!
Las tres posturas del guerrero de Yoga
En anteriores ocasiones os hemos hablado de estas tres posturas, muy conocidas entre los practicantes de Yoga. Se trata de tres posturas que fortalecen nuestras piernas y glúteos y que están basadas en los tres momentos del ataque del guerrero Virabhadra, una leyenda de amor trágico de la India.
A través de estas tres posturas, en las que el guerrero alza la espada, apunta a su enemigo y finalmente lo decapita, el practicante de Yoga trabaja la fuerza de piernas y glúteos de forma isométrica, manteniendo cada una de las posturas durante un período de tiempo que puede ser más corto o más largo según su nivel.
Nuestra zona media también se ve implicada en la realización de las posturas del guerrero, ya que nos ayuda a mantener la espalda erguida y, en la última de ellas, a mantener el equilibrio. También hombros y brazos se encuentran activos durante toda la secuencia.
La postura de la silla (y una variación más difícil)
La postura de la silla o utkatasana también nos permite trabajar tanto piernas como glúteos de una manera isométrica, sin necesidad de movernos. En esta postura cobra especial relevancia la colocación correcta de nuestra zona lumbar para evitar el dolor en la zona baja de la espalda: una buena indicación para realizarla de forma correcta es hundir el abdomen hacia adentro, bascaulando la pelvis y aplanando la curva lumbar.
En la variación más difícil de la postura de la silla, separamos nuestros pies a la anchura de la cadera y realizaremos la misma postura pero esta vez sobre las puntas de los pies, levantando los talones del suelo. De esta manera, el trabajo será más intenso.
Los hombros y los brazos, que situamos a ambos lados de la cabeza, bien con las manos separamos y las palmas mirándose entre sí, o bien con las manos unidas, se mantienen activos durante todo el ejercicio. Recordad mantener los hombros alejados de las orejas.
Como os explicamos en el vídeo, podemos realizar estas posturas una por una, sobre todo si somos principiantes hasta que conozcamos bien la técnica. Una vez que las dominemos, podemos realizar una secuencia completa como la que veis arriba uniendo una detrás de otra, y repetir las veces que consideremos necesario.
Imágenes y vídeo | Vitónica TV en Youtube