Practicar deporte es bueno para todos nosotros y cualquier momento puede ser ideal para llevarlo a cabo. A pesar de todo existen muchas dudas sobre el momento adecuado para entrenar, y es que muchas personas se preguntan si es mejor hacerlo con el estómago lleno o sin haber ingerido alimento.
Los biorritmos de nuestro organismo son los que marcan en la mayoría de los casos los momentos en los que nos vamos a encontrar con mejor ánimo para entrenar. En cada persona esto varía, ya que algunos respondemos mejor a primera hora del día o por la tarde. Aunque también influye mucho la costumbre y los hábitos que adquiramos a la hora de acudir a entrenar. Pero sin lugar a dudas donde nos surgen las dudas es si debemos acudir a entrenar justo después de comer o antes.
La comida es la forma en la que nuestro organismo obtiene los nutrientes y la energía necesaria para poder hacer frente a nuestro día a día y a la actividad que vamos a desarrollar a lo largo de toda la jornada. Cuando comemos masticamos los alimentos y con este sencillo gesto comenzamos un proceso complejo a través del cual nuestro organismo obtiene de los alimentos los nutrientes que los forman. Esto es lo que se conoce como digestión y para la que el cuerpo se entrega en cuerpo y alma.
A la hora de digerir los alimentos el sistema digestivo requiere una mayor concentración sanguínea que habitualmente, con lo que disminuye el riego a otras partes del cuerpo. De ahí la sensación de adormecimiento que sentimos muchas veces después de comer. Esto es lo que hace que no sea muy recomendable la práctica deportiva mientras estamos haciendo la digestión, ya que nuestros músculos recibirán menos riego sanguíneo y por lo tanto no rendiremos igual.
En caso de realizar un ejercicio intenso mientras estamos llevando a cabo un proceso digestivo, la demanda de oxígeno por parte de las células musculares aumenta, lo que puede llevar a que suframos una mala digestión por falta de riego suficiente en el sistema digestivo, ya que se ha desviado a los músculos que lo estaban demandando. Esto es lo que se conoce vulgarmente como corte de digestión, y que debemos evitar.
Por este motivo es recomendable practicar deporte con el estómago vacío, o habiendo comido pequeñas cantidades de alimento, ya que dependiendo del tipo y la cantidad que ingiramos el proceso digestivo se complicará más o menos y tardará más tiempo en verse completado. Aunque también la intensidad del ejercicio influirá en nuestro estado y a la hora de rendir. Por lo que si realizamos un ejercicio fuerte es mejor haber cargado las pilas por lo menos una hora antes.
Imagen | nkzs
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