El entrenamiento HIIT tipo Tabata es uno de los protocolos de entrenamiento interválico de alta intensidad más conocidos y famosos en las últimas dos décadas. Esto es debido a la sencillez de su estructura y a la mínima inversión de tiempo que requiere su puesta en práctica.
Pero esta gran fama del Tabata también ha provocado que el planteamiento y circunstancias originales que estableció el autor, Izumi Tabata, se tergiversen o que su puesta en desarrollo sea llevada a cabo por personas inexpertas que no aplican el método como debería ser.
En este artículo te explicamos los tres errores más frecuentes que se cometen a la hora de realizar un Tabata.
¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de realizar un entrenamiento Tabata?
Mala selección de ejercicios
Mencionamos en primer lugar al error más común de todos: elegir los ejercicios mal o de forma arbitraria.
La estructura del Tabata es simple: periodos de trabajo de 20 segundos y periodos de descanso de 10. Es muy común que a la hora de diseñar un protocolo Tabata se considere que "todo vale" mientras se respete esta estructura y nada más lejos de la realidad. Los ejercicios deben ser de corte cardiovascular o involucrar mucha masa muscular en la ejecución o ambas. De nada nos sirven ejercicios como planchas, crunches, curls de bíceps o extensiones de tríceps.
En cambio sí que podemos saltar a la comba, realizar saltos al cajón, realizar burpees, jumping jacks o ejercicios de fuerza multiarticulares como thrusters, wall balls o kettlebell swings.
Nivel de condición física bajo
Como decíamos al comienzo del artículo, la gran difusión de este método ha provocado que llegue a muchísimas personas y que salga del nicho del alto rendimiento. Esto es un arma de doble filo puesto que son muchas las personas que comienzan a practicar el método Tabata con un nivel de condición física bajo o muy bajo. Más allá del riesgo de lesión que esto puede suponer, tratar de beneficiarse de los efectos del método Tabata en estas condiciones es difícil, muy difícil.
Esto se debe a que para poder beneficiarse de los máximos efectos del Tabata es necesario llegar a niveles de esfuerzo muy por encima de la media y que solo pueden conseguirse con una preparación y acondicionamiento físico previos.
No monitorizar la frecuencia cardiaca
Debemos tener en cuenta que aunque el método Tabata pueda ser un método divertido y agradable de practicar, también es un protocolo que en origen se desarrolló en atletas de élite que llegaron a niveles de consumo máximo de oxígeno de alrededor del 170%, algo impresionante. En otras palabras, el objetivo de este protocolo es algo más que "cansarse mucho".
Lo que queremos decir con esto es que sería interesante tener una mínima noción de, al menos, nuestra frecuencia cardiaca. Para ello podemos usar cualquier pulsera de actividad. Lo ideal sería mantenernos por encima del 90% de nuestra frecuencia cardiaca máxima.
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