Existe un comportamiento repetido en el entrenamiento y en la vida, que consiste en agarrarse a lo nuevo y desechar lo viejo. Con el surgimiento del entrenamiento de alta intensidad a intervalos (HIIT) hemos dejado de lado los muchos beneficios que nos aporta el entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT). ¿Por qué elegir uno cuando podemos utilizar los dos?
Un metanálisis recién publicado en una de las revistas científicas más importantes del mundo, Medicine & Science in Sport & Exercise evalúa cuál de los dos tipos de entrenamiento, HIIT o MICT, es más adecuado para la prevención y tratamiento de enfermedades cardiometabólicas: composición corporal, presión arterial, lípidos en sangre, glucosa, etc.
¿Cuál elijo: HIIT o MICT?
La actividad física ha demostrado beneficios relevantes en todos los aspectos cardiovasculares y metabólicos, tanto en personas sanas como en personas enfermas. Sin embargo el tipo de ejercicio físico puede combinar diferentes variables como la intensidad y la duración, dando lugar a entrenamientos más largos y menos intensos, o viceversa.
En las conclusiones del metanálisis en que basamos este artículo se muestra que el HIIT puede ser más eficaz a la hora de mejorar la aptitud física y la salud cardiovascular, mientras que el MICT parece ser superior en la mejora del metabolismo de la glucosa a largo plazo.
Sin embargo no se mostraron diferencias en otros aspectos evaluados, dando como "ganador" a la combinación entre ambos modelos. Uno no vive sin el otro. Fisiológicamente no somos capaces de realizar verdaderos HIIT cada día, ya que su alta intensidad no nos lo permite.
Por otra parte, si solamente realizamos MICT nos faltará esa alta intensidad, una de las principales variables en el entrenamiento, y vital en la mejora de la salud física integral. Lo idóneo por tanto, tanto para mejorar nuestra aptitud física, la composición corporal y los diferentes biomarcadores de salud es hacer uso de los dos tipos de entrenamiento.
Aplicación práctica
Una sesión de HIIT genuina no está al alcance de cualquiera. Es por ello que, en función de nuestro nivel físico, y la presencia o no de alguna enfermedad metabólica, lo recomendable es que el grueso de nuestra programación sea con el uso de MICT.
Un día a la semana, o dos a lo sumo, podemos introducir HIIT para aportar ese plus de intensidad y cosechar los beneficios que ello conlleva. El resto de días utilizaremos entrenamientos de mayor duración con una intensidad moderada.
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