Hablamos mucho sobre fisiología del ejercicio, biomecánica, variables del entrenamiento e incluso bioquímica, pero ¿qué hay del entrenamiento de las capacidades mentales? Nos referimos a capacidades como la concentración, atención, actitud y todas aquellas que en definitiva nos permitan un buen desempeño deportivo bajo presión.
En muchos deportes nos enfrentamos a oponentes con una serie de habilidades muy semejantes a las nuestras, sobre todo en el deporte de élite. En estos casos la habilidad para controlar nuestros pensamientos y emociones puede ser decisiva para modificar el resultado final.
En este artículo nos queremos detener en concreto en la visualización o capacidad mental para generar imágenes con el fin de mejorar nuestro rendimiento deportivo.
¿Qué es la visualización?
La visualización podría definirse como la representación de objetos, conceptos o procesos mediante una recreación visual. De esta forma la visualización permite anticipar sucesos o interacciones futuras para modular la conducta y diseñar estrategias. Esto no solo es válido a la hora de predisponerse a ejecutar movimientos deportivos concretos sino también a la hora de experimentar con anticipación diferentes sensaciones relacionadas con el ambiente competitivo de cada deporte.
¿A través de qué enfoque debemos visualizar nuestras imágenes mentales?
A la hora de construir imágenes mentales existen dos enfoques desde los cuales podemos hacerlo: enfoque externo o interno.
En el externo nos vemos a nosotros mismos ejecutando un movimiento o desempeñando una cadena de acciones. En el internos vivimos la situación en primera persona, mirando con nuestros propios ojos.
De esta manera, un enfoque interno puede ser más interesante a la hora de afianzar el aprendizaje de una técnica o movimiento mientras que el externo puede serlo ante circunstancias competitivas con un alto grado de variables implicadas (meteorología, terreno, implementos en juego como pelotas, oponentes...).
Dependiendo del deporte, del atleta y de la estrategia psicológica realizada puede ser más útil utilizar unos enfoques u otros.
¿Qué características debe tener una buena imagen mental?
Hablar de visualización e imaginería mental es fácil, pero ¿cómo se hace? ¿Me imagino a mi mismo batiendo el récord regional de clean and jerk y ya está?
Cómo dice el experto Ángel Campos, psicólogo deportivo y experto en neuropsicología infantil, una imagen mental debe tener las siguientes cuatro características:
Autopercepción
La autopercepción no es más que la propia consciencia de nosotros mismos, de nuestro cuerpo y del espacio que nos rodea. Para construir una imagen realista debemos sentir y percibir la situación de la misma manera que lo haríamos en el propio contexto competitivo.
Control
El control es la capacidad o habilidad que puede tener el atleta de encauzar sus pensamientos y emociones a la hora de sostener en el tiempo una imagen vívida evitando distracciones y una pérdida de enfoque.
Objetividad
La objetividad hace referencia al juicio que debemos tener a la hora de construir imágenes realistas que se adecuen a nuestras verdaderas capacidades. Debemos encontrar el equilibrio entre la percepción que tenemos del reto y la percepción que tenemos de nuestras capacidades. Si la imagen que nos hacemos sobrestima el reto que tenemos por delante, posiblemente vaya en contra de nuestro rendimiento, pero también al revés si sobrestimamos nuestras capacidades e infravaloramos el reto.
Nitidez
Finalmente la nitidez sea una de las características que solo las imágenes de las personas más entrenadas mentalmente posean. Una imagen nítida implica dar todo lujo de detalles a ese constructo mental: olores, tacto, colores, sonidos, etc.
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Imágenes | iStock
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