Llegan unas épocas en que la mayoría de los mortales busca ponerse en forma para las vacaciones de agosto e intentar perder esos kilos de más que tanto nos atormentan y que tan bien hemos mantenido ocultos y tapaditos durante el invierno.
Si eres de los que se han propuesto este objetivo, es fundamental que no caigas en errores de principiante. En muchas ocasiones, es muy sencillo detectar quién es novato en el gimnasio por todas las cosas que está haciendo mal, así que no seas uno de ellos y evita los siete errores más comunes que te impiden bajar de peso en el gimnasio.
No cuidar tu alimentación
Hay quien, erróneamente, opta por prácticamente dejar de comer e ir al gimnasio: error. Al principio notaremos resultados que nos atraerán pero... nada más lejos de la realidad. Lo único que estamos consiguiendo es que nuestro metabolismo se ralentice y se acostumbre a ese hábito. Lo que ocurrirá será sencillo: o nos estancaremos o sufriremos el temible efecto rebote. Además, recordad: nuestros músculos necesitan nutrientes para poder rendir y recuperarse óptimamente, así que evita estos errores a la hora de hacer dieta.
Por otro lado están quienes deciden no controlar su dieta ya que...¡para algo van al gimnasio! Una decisión que teniendo en cuenta nuestro objetivo, de bajar de peso, tampoco nos valdrá. Es importante que sigamos una dieta controlada, sin saltarse comidas, controlando más o menos la kcal que ingerimos, y sólo de este modo podremos alcanzar un déficit calórico controlado que nos permita ir bajando de peso.
Abusar de suplementación y bebidas isotónicas o energéticas cuando no es necesario
Recuerda que el agua es el líquido de hidratación por excelencia
Obviamente, todo va a depender del estado físico del que partimos y de los objetivos de cada persona, pero siempre es importante ser consciente de las necesidades individuales a la hora de suplementarnos y saber diferenciar cuándo es necesario y cuándo no.
Si comenzamos de nuevos en el gimnasio y lo que queremos es bajar de peso puede que no necesitemos, de momento, este tipo de productos si nos nutrimos correctamente siguiendo las claves de una dieta saludable y controlada.
Del mismo modo, es fundamental que bebamos líquido siguiendo un buen patrón de hidratación pero sin abusar de las bebidas isotónicas o energéticas cuando realmente tampoco son necesarias, teniendo en cuenta la intensidad del ejercicio que hacemos, aunque en muchas ocasiones se vendan como la panacea del rendimiento deportivo cuando en realidad poco tiene que ver.
No marcar una frecuencia óptima de entrenamiento
Ni lo mucho, ni lo poco. Si somos nuevos en el gimnasio puede que nos ocurran dos cosas: o que queramos ir todos los días, por el afán de ver resultados rápidos, o que contrariamente no empecemos con la constancia necesaria para crear un hábito eficaz.
Es importante que comencemos con unos tres días semanales de ejercicio. Si lo superamos en exceso, podremos caer en un sobreentrenamiento o incluso lesionarnos, dos motivos que nos impedirán alcanzar el objetivo marcado. Recordad que tan importante es la rutina en sí, como el correcto período de descanso que permita recuperarnos óptimamente.
Por otro lado están quienes acuden uno o dos días al gimnasio. Por supuesto que algo es algo, pero no es suficiente para crear el hábito que buscamos.
Priorizar cardio al trabajo de fuerza
Si pensamos en adelgazar siempre recurrimos a pensar en ejercicio aeróbico y, aunque es cierto que es un modo más rápido de quemar calorías inicialmente, ni es el único ni el mejor. El motivo es que únicamente haciendo cardio nuestro cuerpo se acostumbrará rápidamente al esfuerzo inicial y tendremos que ir intensificando notablemente la intensidad para ver resultados en el tiempo.
Estudios han corroborado que el trabajo de pesas, además de conllevar una menor pérdida de masa muscular cuando queremos quemar grasa, a la larga es un método más eficaz para perder peso ya que aumentaremos el EPOC y el metabolismo basal.
No elijas entre cardio y pesas, cada uno tiene sus ventajas, así que...¡combínalos!
Saltarse la rutina y entrenar solo los grupos musculares que "queremos lucir"
Otro de los errores más comunes que hacemos en el gimnasio es no seguir el patrón de rutina personalizada establecida. Y en este punto la obsesión con marcar abdominales y entrenarlos continuamente se suele "llevar la palma".
La rutina debe de ser organiza y planificada, de modo que los días de entrenamiento deberemos de trabajar los grupos musculares que nos toquen, sin elegir únicamente aquellos que más nos apetezcan o que queramos resaltar. Lo importante es trabajar y descansar con una buena programación, sólo de este modo conseguiremos un cuerpo en forma y equilibrado.
Además, no debemos olvidar que se ha comprobado que el ejercicio abdominal, aunque sea un buen aliado en nuestro entrenamiento, por sí solo ni es suficiente para reducir la grasa específica de la zona, ni es tan eficaz como se cree.
No progresar en los entrenamientos
Cuando comenzamos en el gimnasio es super importante que dediquemos el tiempo necesario a conocer los ejercicios y la técnica correcta para realizarlos, un período de adaptación que abarcará meses.
Según vayamos progresando iremos adaptando una rutina más intensa y con mayor volumen de trabajo
Una vez estemos habituados y vayamos progresando, en cuanto a forma física, es importante que vayamos, al mismo tiempo, intensificando y avanzando en la calidad y volumen de trabajo muscular de nuestro entreno. Esta será clave a la hora de ver resultados y evitar seguir con una rutina que ya "se nos queda corta".
A partir de este momento estarás preparado para organizar tus nuevas rutinas y sacarles el máximo partido: cómo combinar del modo más eficaz cardio y trabajo de pesas y aprender el orden óptimo de ejercicios.
No ser realista
Ponerse en forma, en general, o bajar de peso, en particular, es un camino (que si se hace correctamente) lleva su tiempo, su constancia y su disciplina. Sin estos tres pilares nunca conseguiremos, a largo plazo, lo que buscamos.
Si quieres adelgazar empieza por ser realista. Proponte metas alcanzables cada cierto tiempo, será fundamental para conseguirlo y para evitar los fracasos tempranos que pueden aparecer si somos demasiado ansiosos.
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