Este nuevo curso nos hemos planteado comenzar a hacer ejercicio - o recuperar nuestra rutina después del verano - y nos estamos cuidando y cumpliendo con todos nuestros objetivos para este nuevo curso.
De hecho, es más que posible que ya estemos siendo testigos de los primeros cambios en nuestro físico. Y, sin embargo, hay una zona que parece resistirse a todos nuestros esfuerzos: la barriga. ¿Por qué hacemos deporte y, aun así, la tripa parece no bajar?
La forma en la que perdemos grasa
Para empezar, debemos tener en cuenta que perder grasa o peso de forma localizada no es posible - a no ser que nos sometamos a algún procedimiento quirúrgico -. Es decir, si estamos yendo al gimnasio o haciendo dieta con la intención de bajar específicamente la barriga, lo más probable es que no lo consigamos.
Al comenzar a adelgazar nuestro cuerpo pierde grasa de forma global, al reducir nuestra ingesta calórica, nuestro cuerpo tirará de las reservas de grasa que tenemos, pero lo hará en todo el cuerpo, sin focalizarse en una sola zona. Con el ejercicio lo que hacemos es ayudar a perder más grasa y aumentar el músculo, ayudándonos a perder volumen y conseguir una recomposición corporal.
El problema es que, aunque hagamos ejercicios centrados únicamente en los abdominales, seguiremos sin perder grasa únicamente de esta zona. Es decir, este tipo de ejercicios sí nos ayudan a perder grasa, pero en todo el cuerpo, no de forma localizada.
Qué ocurre con la barriga
La zona abdominal es una de las que más grasa acumula, por nuestro estado hormonal. Aunque hombres y mujeres acumulamos la grasa de manera diferente en esta zona, la realidad es que en ambos sexo es un área de gran acumulación.
Esta zona tiende a acumular un tipo de grasa conocida como grasa dura o visceral, y se acumula entre nuestro órganos, no solo de forma subcutánea como la grasa blanda. Este tipo de grasa tiende a ser más difícil de eliminar y más resistente.
Además, se trata de una zona en la que la acumulación de grasa se debe a numerosos factores: la alimentación, por supuesto, pero también la genética, el estilo de vida, el estrés, la retención de líquidos, el consumo de tabaco y alcohol, etc.
Si tenemos todo esto en cuenta, no es de extrañar que la zona abdominal sea en la que más tiempo tardemos en ver resultados. Y es que, por mucho que vayamos al gimnasio o hagamos ejercicio - ni siquiera aunque sean localizados - si no cambiamos nuestros hábitos, nuestra alimentación, e incluso nuestra postura corporal o nuestro nivel de descanso, esta zona se nos va a seguir resistiendo.
Qué podemos hacer para perder grasa de la zona abdominal
Asegurarnos de mantener una buena alimentación
Si hacemos deporte y ejercicio físico, pero no cuidamos nuestra alimentación, nos resultará mucho más complicado eliminar la grasa abdominal. Es importante que mantengamos una dieta alejada de grasas saturadas, azúcares añadidos, alimentos ultraprocesados, etc.
Además, es preferible que consumamos alimentos ricos en fibra de manera que nos ayude a un buen funcionamiento intestinal y reduzcamos nuestros niveles de hinchazón.
Mantenernos bien hidratados
La hidratación también es muy importante para evitar retención de líquidos que nos darán sensación de estar todavía más hinchados en la zona abdominal.
Realizar ejercicio físico que combine fuerza y cardio
Es posible que estemos yendo al gimnasio, o haciendo ejercicio, pero no de la manera más eficiente para perder grasa abdominal. Si únicamente hacemos cardio o únicamente fuerza - o si realizamos los ejercicios en un orden poco eficiente - podemos tardar mucho más en ver resultados.
Lo ideal es que realicemos entrenamientos de fuerza para movilizar la grasa de esta zona, pero también ejercicios de cardio para favorecer la oxidación de esta. Al combinar ambas obtendremos los mejores y más completos resultados.
Lo recomendable es que realicemos primero los ejercicios de fuerza y, posteriormente, los cardiovasculares. De esta manera, nuestro cuerpo consumirá glucosa durante el entrenamiento de fuerza y, de esta manera, cuando lleguemos a los ejercicios cardiovasculares, nuestro cuerpo tendrá que tirar de las reservas de grasa.
Descansar de manera adecuada y reducir estrés
Un buen descanso nos ayudará a reducir los niveles de estrés, también causantes de la acumulación de grasa en el área abdominal y reduciendo los niveles de cortisol. Realizar ejercicios de relajación, practicar Yoga o meditación o aprender técnicas de respiración puede ser también de gran ayuda.
Reducir o abandonar el consumo de alcohol y tabaco
En el caso del alcohol, este puede aumentar los niveles de cortisol, lo que favorece la acumulación de grasa en la zona abdominal. De poco nos servirá hacer ejercicio si después consumimos alcohol.
En el caso de los cigarrillos, se ha encontrado relación entre el fumar y una mayor acumulación de grasa abdominal lo que podría estar boicoteando cualquier esfuerzo que estemos haciendo por medio del deporte.
Por ello, prestar atención a estos hábitos de vida es muy importante si queremos perder barriga.
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