Saltar a la comba: un entrenamiento duro y exigente perfecto cuando estás de vacaciones

Saltar a la comba: un entrenamiento duro y exigente perfecto cuando estás de vacaciones
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¿Te marchas de vacaciones y quieres seguir entrenando pero no puedes llevarte material para ello? Además de los circuitos que te hemos propuesto para entrenar sin material en la propia habitación del hotel, hay un ejercicio que puedes hacer prácticamente en cualquier lugar, con multitud de beneficios y que solo requiere una ligera cuerda que puedes meter en la maleta: hablamos de saltar a la comba, un entrenamiento de cardio perfecto.

Saltar a la comba puede parecernos un ejercicio sencillo, pero realmente se trata de un entrenamiento potente que nos ayuda a trabajar piernas, abdomen, hombros, muñecas y coordinación con un solo movimiento.

Saltar a la comba es mucho más que un juego de niños: nos hace trabajar con nuestro propio peso corporal y sube nuestras pulsaciones de forma rápida con un sencillo movimiento. Es perfecto tanto para realizar un entrenamiento rápido como para incluirlo dentro de un circuito como medio de trabajo o como descanso activo si no queremos permanecer parados.

Cómo entrenar saltando a la comba: técnica

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Es importante que a la hora de saltar a la comba prestemos atención a nuestra postura corporal: los hombros deben colocarse atrás y abajo, lejos de nuestras orejas y relajados, no en tensión. Nuestra espalda debe mantenerse elongada: recta, no inclinada hacia delante, y respetando las curvas de nuestra columna. Los codos deben mantenerse pegados a los costados y sin moverse del sitio: el movimiento que damos a la comba nace desde las muñecas (no desde los hombros), que son las que se mueven dibujando pequeños círculos. Las rodillas se mantienen semiflexionadas durante todo el movimiento para minimizar el impacto contra el suelo.

A tener en cuenta: antes de comenzar a saltar a la comba es buena idea que realicemos un pequeño calentamiento con movilización de las articulaciones que se van a ver más implicadas en el ejercicio, como las muñecas, los tobillos y las rodillas. De esta manera nos preparamos para el entrenamiento y podemos evitar posibles lesiones.

Saltar a la comba es un ejercicio muy exigente, por eso es recomendable entrenar con intervalos en los que combinaremos un tiempo de trabajo (podemos combinar distintos tipos de saltos: sencillos, dobles, cruzados, a una pierna...) con períodos cortos de descanso en los que descansamos los brazos y bajamos levemente las pulsaciones. Los intervalos típicos de los entrenamientos de boxeo (asaltos o intervalos de trabajo de tres minutos con un descanso suficiente para bajar nuestras pulsaciones) son un buen medio para trabajar con la cuerda.

Cómo elegir la comba o cuerda perfecta para ti

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¿No tienes una comba pero quieres hacerte con una? Hay un par de cosas que debes tener en cuenta antes de comprarla.

Por un lado, tendremos que elegir el material en el que está fabricada la comba, que también va a determinar el peso de la misma. Los materiales más comunes en las combas suelen ser PVC o algún tipo de plástico, o cable de acero revestido de material plástico. Estas cuerdas suelen ser ligeras y rápidas: nos permite hacer saltos dobles con facilidad, aunque tienen el riesgo de que si nos atizamos con ellas (cosa bastante probable, sobre todo en principiantes) podemos llegar a hacernos daño.

Por otro lado, la cuerda debe poder regularse en longitud para adaptarla a nuestra altura. La longitud ideal podemos medirla pisando la cuerda en el centro y llevando los extremos hacia nuestra cintura: ese es el punto ideal donde deberían estar los agarres.

Imágenes | iStock
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